El nuevo acuerdo, de 30 meses de duración y bajo la modalidad de servicio ampliado del fondo (SAF), debería permitir a Argentina “fortalecer la sostenibilidad de la deuda, abordar la alta inflación, aumentar las reservas, atender las brechas sociales y de infraestructura del país y promover el crecimiento inclusivo”, anunció el FMI.
El 22º programa del FMI con Argentina le brinda a la tercera economía latinoamericana facilidades extendidas para saldar los 44.000 millones de dólares que obtuvo de un crédito de 2018 por 57.000 millones, el más grande en la historia del Fondo.
La directora gerente del FMI, Kristalina Georgieva, dijo que Argentina enfrenta “desafíos económicos y sociales excepcionales” a pesar de la recuperación económica, entre ellos, “un ingreso per cápita deprimido, altos niveles de pobreza, una inflación persistentemente alta, una pesada carga de la deuda y bajas reservas externas”.
“En este contexto, el programa económico de las autoridades establece objetivos pragmáticos y realistas, junto con políticas creíbles para fortalecer la estabilidad macroeconómica”, dijo en un comunicado.
Sin embargo, señaló que “los riesgos para el programa son excepcionalmente altos y los efectos secundarios de la guerra en Ucrania ya se están materializando”, por lo que una “recalibración temprana (…) será fundamental para lograr los objetivos”.
Tras más de un año y medio de arduas negociaciones, el FMI y Argentina lograron un nuevo convenio cuando la economía mundial, aún afectada por los dos años de pandemia de covid-19, sufre el impacto de la invasión rusa de Ucrania, que ha disparado los precios de la energía y los alimentos y presiona al alza la inflación.
Paso para Argentina
El gobierno de Alberto Fernández saludó la aprobación del acuerdo.
“Es un paso adelante importante para la Argentina en el proceso de estabilización macroeconómica, que permite que el país siga construyendo condiciones para poder darle continuidad a la recuperación económica tan fuerte que viene viviendo”, dijo el ministro de Economía argentino, Martín Guzmán, en declaraciones a la AFP en París.
La luz verde del directorio ejecutivo del FMI llega luego de que, el 17 de marzo, el Congreso argentino aprobara el acuerdo para reestructurar la deuda alcanzado por el gobierno de centro-izquierda de Fernández con la institución con sede en Washington.
La ratificación legislativa del convenio, que reflejó una fractura en el oficialismo, no supone sin embargo un apoyo a las políticas del programa.
“Un fuerte consenso político y social es clave para sostener la implementación de la agenda de reformas, incluso a mediano plazo, lo cual es esencial para abordar las vulnerabilidades de larga data del país”, advirtió Georgieva.
Guzmán resaltó que por primera vez en la historia un acuerdo con el FMI se envía al Congreso para su aprobación.
“En el pasado hubo 21 acuerdos y programas entre la Argentina y el FMI, ninguno funcionó. Nunca un programa tuvo tanto apoyo social y político como el programa actual”, afirmó.
El FMI reconoció en diciembre que el programa crediticio acordado con el predecesor de Férnandez, el presidente de centro-derecha Mauricio Macri, no había logrado sus objetivos de restaurar la confianza en la viabilidad fiscal de Argentina y fomentar su crecimiento económico.
Macri buscó auxilio del FMI en mayo de 2018 en medio de una corrida cambiaria. En junio, el directorio ejecutivo del Fondo aprobó un acuerdo “Stand-By” de 36 meses por 50.000 millones de dólares, que amplió en octubre de ese año a 57.000 millones.
Fernández, que sucedió a Macri en diciembre de 2019, se negó a aceptar los últimos 13.000 millones de dólares que restaba desembolsar del préstamo, y en agosto de 2020 inició un diálogo con el fondo para refinanciar la deuda. (I)
Fuente: El Universo – Nota original: LINK