Georgieva destacó el acuerdo alcanzado este sábado para un impuesto mínimo global de sociedades como “histórico”.
“Ayudará a los países a preservar su bases fiscales y movilizar ingresos para asegurar que las empresas de grandes beneficios pagan su parte justa en todos los lugares”, afirmó Georgieva, quien asiste a los encuentros del grupo, en un comunicado.
A este mecanismo de fiscalidad para multinacionales consensuado el 1 de julio se han sumado 130 países y jurisdicciones de los 139 que forman parte del llamado marco inclusivo de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).
Entre los que aún no han mostrado su respaldo, sin embargo, se encuentran varios países de la Unión Europea (UE) como Irlanda, Hungría o Estonia.
Los ministros de Finanzas y gobernadores de los bancos centrales del G20, que se han reunido durante dos días en Venecia (norte de Italia), llegaron a un acuerdo político para secundar este sistema, que tratará de evitar que las multinacionales evadan impuestos o desvíen sus beneficios a paraísos fiscales.
Este sistema se basa en dos pilares, el modo de asignar un porcentaje de los beneficios de las empresas, en particular de las digitales, a ciertas jurisdicciones para que paguen impuestos donde operan aunque no tengan presencia física; y en la aplicación de un tipo mínimo del impuesto de sociedades de, al menos, el 15 % a las empresas con una facturación como poco de 750 millones de euros (unos 890 millones de dólares).
“Se trata de una nueva arquitectura de la tributación para el siglo XXI. Es una excelente noticia para todas las naciones del planeta”, adelantó entusiasta a la prensa el ministro de Economía de Francia, Bruno Le Maire.
También la secretaria del Tesoro estadounidense, Janet Yellena, reaccionó positivamente, e instó al mundo a “finalizar rápidamente el acuerdo”, que deberá transformar la arquitectura tributaria mundial.
Se trata de imponer un impuesto global de “por lo menos el 15%” a las empresas para combatir los paraísos fiscales y para que las compañías tributen donde obtienen ingresos.
Un big bang fiscal, cuyas normas se irán perfilando de aquí a octubre, deberá empezar a aplicarse en el 2023.
“Es una jornada histórica”, reconoció el comisario europeo para la Economía, el italiano Paolo Gentiloni, tras elogiar que se ponga fin a la carrera por el impuesto más bajo.
Los países que representan el 85% del PIB mundial quieren gravar de forma justa a los gigantes digitales que evaden en gran medida los impuestos.
Varios miembros del G20, como Francia, Estados Unidos y Alemania, hicieron campaña por una tasa superior al 15%, pero se descartan cambios hasta la próxima reunión de los 19 países más ricos del mundo y la Unión Europea en octubre.
Pero varios miembros del grupo de trabajo de la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE) que alcanzaron un acuerdo de principios el 1 de julio, como Irlanda o Hungría, siguen sin dar señales.
Irlanda aplica una tasa del 12,5% desde 2003, muy baja en comparación con otros países europeos, lo que le ha permitido albergar las sedes europeas de varios gigantes tecnológicos como Apple o Google.
Durante la jornada, las islas de San Vincente y Granadinas, en cambio firmó el acuerdo, según la página de OCDE, por lo que se llegaría a 132 países a favor.
En la declaración, los ministros lanzaron un llamamiento a los llamados países recalcitrantes, para que se obtenga la aprobación de todos los 139 miembros del grupo de trabajo de la OCDE que agrupa a países avanzados y emergentes.
La reforma se propone distribuir equitativamente entre países el derecho a gravar las ganancias de las multinacionales. Por ejemplo, una empresa como el gigante petrolero BP está presente en 85 países.
Apunta a las “100 empresas más rentables del mundo, que por sí solas realizan la mitad de las ganancias mundiales”, como los GAFA (Google, Amazon, Facebook, Apple), explicó Pascal Saint-Amans, director del Centro de política y administración fiscal de la OCDE.
El impuesto mínimo global afectaría a menos de 10.000 grandes empresas, es decir aquellas cuya facturación anual supere los 750 millones de euros (890 millones de dólares).
Una tasa mínima efectiva del 15% generaría ingresos adicionales de 150.000 millones de dólares al año (127.000 millones de euros), según la OCDE.
Bajo la presidencia italiana, los ministros de Finanzas del G20 se vieron las caras por primera vez desde la reunión que mantuvieron en febrero de 2020 en Riad, al comienzo de la pandemia de coronavirus.
Además de Yellen, la presidenta del Banco Central Europeo, Christine Lagarde, y la directora general del Fondo Monetario Internacional, Kristalina Georgieva, acudieron a la cita, pero otros como China e India optaron por participar de forma virtual.
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