Con 11 nombres en la boleta de votación, se prevé que ningún candidato obtendrá la mayoría. Solo cuatro de los contendientes tienen opciones reales de calificar para la segunda vuelta programada para mayo.
Los cuatro candidatos principales son Marine Le Pen, líder del partido de extrema derecha Frente Nacional; François Fillon, conservador golpeado por los escándalos; Emmanuel Macron, un centrista de reciente aparición, y Jean-Luc Melenchon, de extrema izquierda. Los dos que obtengan el mayor número de votos este domingo se enfrentarán en la segunda vuelta el 7 de mayo.
Unos 47 millones de ciudadanos están registrados para votar y las más recientes encuestas sugieren que los resultados serán muy cerrados. Eso significa que Francia podría terminar decidiendo entre la extrema derecha y la extrema izquierda, o que una fuerte figura de la extrema derecha se enfrente a un novato en la política.
Benoit Hamon es el nominado del oficialista Partido Socialista, pero las encuestas indican que se le ha dificultado atraer al público.
Seguridad e inmigración, los temas principales
Las mesas de votación abrieron este domingo a las 8:00 a.m. (2 a.m. ET) en todo el país, y para el mediodía, cerca de 30% de los votantes habían sufragado. Los primeros resultados se esperan para la noche.
La seguridad se ha incrementado para la votación, que se realiza en 70.000 mesas. Policías adicionales han sido desplegados en las calles de París y otros puntos del país.
El presidente Francois Hollande emitió su voto en Tulle, en el suroeste de Francia. Hollande ha sido tan impopular durante su presidencia que tomó la inusual decisión de no buscar un segundo término.
Francia sufrió el peor atentado terrorista en su territorio durante el gobierno de Hollande, con 130 personas asesinadas en los ataques de París en noviembre de 2015.
No está claro cómo se verá afectada la votación tras el ataque del jueves en el popular bulevar de Champs Elysees en París, en el cual un policía resulto muerto.
Pero sin duda se encuentra en la mente de los candidatos, y en la de Hollande, quien reconoció que Francia estaba pasando por tiempos difíciles.
«Estamos en un periodo, pero este periodo no es ni reciente ni se ha terminado, así que tenemos que movilizar muchos recursos, en particular para los dos días de la elección presidencial y luego en las legislativas. Y para los franceses, pienso que el mejor mensaje que pueden enviar es demostrar que la democracia es más fuerte que cualquier cosa».
La seguridad ha sido inevitablemente un tema de campaña, así como la inmigración y la economía. Muchos votantes piensan que las actuales políticas migratorias han hecho aumentar el desempleo en Francia y contribuido a los mortales ataques terroristas de los últimos dos años.
Los principales candidatos cancelaron sus eventos del viernes –el último día de la campaña– y en cambio realizaron declaraciones televisadas en las que competían por mandar el mensaje más fuerte sobre la seguridad y con la promesa de vencer a ISIS, que se atribuyó el ataque.
Pero lo que es claro es que existe un importante apetito por el cambio.
«No soy muy político, (pero) podemos ver que en el mundo las cosas no están ocurriendo como se esperaría. En Francia, sentimos que algunas personas no están felices con el estado actual de las cosas», dijo un votante a CNN en París.