«La gran parte de las víctimas han sido resguardadas tras el siniestro», indicaron los ministerios franceses de Interior y Vivienda en un comunicado, en el que explicaron que se han habilitado tres salas de deporte en esa localidad, una de ellas para 176 personas consideradas vulnerables.
Las otras dos se encuentran en las localidades vecinas de Dunkerque y Craywick.
Dentro de la política nacional de acogida de inmigrantes, los dos ministerios avanzaron que pedirán a los prefectos (delegados de Gobierno francés) acelerar la habilitación de plazas en los diversos centros de acogida y orientación de Francia.
«El objetivo es poder acoger rápidamente a todas las personas siniestradas por todo el territorio francés y permitirles entrar en el proceso de petición de asilo», concluyó el Ejecutivo.
El fuego en Grande-Synthe fue desencadenado por una pelea entre grupos de afganos y kurdos y redujo a cenizas gran parte de ese enclave, en el que malvivían unas 1.500 personas y que las autoridades querían cerrar de forma inminente debido a los incidentes registrados en los últimos tiempos.
Ese emplazamiento de inmigrantes era el mayor de Francia, después del desmantelamiento en octubre de 2016 del de la vecina Calais, donde llegaron a estar hasta 10.000 personas, muchas de ellas con la idea de cruzar al Reino Unido metiéndose en los bajos de los camiones pesados.