El Observatorio Francés de Drogas y Tendencias Adictivas señaló en su último informe, que entre 2017 y 2022, el uso de los cigarrillos electrónicos se triplicó drásticamente en los adolescentes de 17 años.
Asimismo, al ministro de Salud, Aurélien Rousseau, denunció que este tipo de aparatos desechables, a los que consideró una “aberración para la salud y al medioambiente”, empezaron a crear una fuerte dependencia al tabaco.
Francesca Pasquini, asambleísta del Partido Ecologista que impulsó el proyecto, explicó que el objetivo de la Ley es evitar que los jóvenes se conviertan en consumidores del tabaco y la nicotina. En esa misma línea, las autoridades sanitarias presentaron un plan que incluye ampliar los espacios en los que no se puede fumar, y aplicar un fuerte incremento al precio de los cigarrillos.
Otra de las advertencias de los diputados fue que el precio de estos productos desechables, sumado a su variedad de sabores y su sabor atractivo, hace que el riesgo para los padres pase desapercibido.
Por último, exhortaron al resto de políticos a “dar un ejemplo” para que esta reforma pueda entrar en vigencia en septiembre de 2024. Y es que ahora el proyecto de Ley deberá ser aprobado por el Senado, y posteriormente en la Comisión Europea.
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