En una cuarta ronda de protestas contra la nueva reforma de las pensiones anunciada por el presidente Emmanuel Macron, miles de franceses salieron este sábado a las calles de las principales ciudades para exigir la cancelación del proyecto que se debate en el Congreso.
La Intersindical, integrada por los ocho principales gremios del país, espera superar la cantidad de manifestantes del 7 de febrero en las calles de esta capital y de decenas de ciudades, estimada en cerca de dos millones por la Confederación General del Trabajo (CGT) y en 750 mil por el Ministerio del Interior.
La marcha de París ha comenzado a las 13H00 horas locales y se ha desarrollado hasta el momento con relativa normalidad si bien algunos participantes han arrojado algunos objetos contra el dispositivo policial.
El suceso más destacable ha tenido lugar en el aeropuerto internacional de Orly, al sur de París, donde un paro sorpresa ha obligado a la cancelación de la mitad de los vuelos.
Los ocho principales sindicatos franceses también han declarado que están dispuestos a «paralizar Francia en todos los sectores el 7 de marzo» si el Gobierno y el Parlamento «siguen haciendo oídos sordos a la protesta popular».
Más de 750.000 personas acudieron a la última jornada de acción, tras la propuesta de Macron en enero de ampliar la edad de jubilación de 62 a los 64 años en 2030.
El secretario general de la CGT, Philippe Martinez, instó esta semana a “subir el tono” de las protestas contra la reforma, alegando un aparente empeño del Gobierno en ignorar lo que sucede en las calles de Francia, donde se esperan hoy más de 200 manifestaciones.
El presidente Macron dice que la reforma es «vital» para garantizar la viabilidad del sistema de pensiones.