García-Margallo llegó hoy a Quito para reunirse con autoridades ecuatorianas y mañana tiene previsto visitar las ciudades de Manta y Pedernales, en la provincia costera de Manabí, la más castigada por el terremoto de 7,8 grados de magnitud ocurrido el pasado 16 de abril.
«He tenido dos reuniones extraordinariamente agradables, la una con el canciller (Guillaume Long) y la otra con mi viejo amigo el ministro de Defensa», Ricardo Patiño, añadió el jefe en funciones de la diplomacia española en declaraciones a Efe.
«Hemos venido a hacernos una idea de cómo está el país, cuáles son los planes del Gobierno (ecuatoriano) para la reconstrucción y qué es lo que puede hacer España para ayudar a ese proceso de reconstrucción», declaró García-Margallo.
Precisó que España colaborará con «lo que el Gobierno de la República (de Ecuador) nos pida, como es norma y tradición» y remarcó que la mano extendida a los ecuatorianos se da por la extraordinaria relación que hay entre los dos países.
Y es que para García-Margallo, esos lazos de amistad «no se pueden reforzar más. Los lazos de amistad entre los dos países siempre han sido de una extraordinaria intensidad y, porque lo han sido, se explica que España fuese el primer país europeo en acudir a ayudar al pueblo ecuatoriano».
Esas relaciones «no se pueden reforzar más porque son extraordinariamente fuertes», reiteró, y dijo que son como «lazos de familia y en los lazos de familia se comparten las alegrías y se comparten los dolores y los pesares, también».
De su lado, el ministro ecuatoriano de Defensa, agradeció la «visita de cortesía» del jefe de la diplomacia española y destacó la ayuda que ha brindado España aEcuador tras el potente terremoto de mediados de abril.
«España nos ha dado una cooperación, que habría que poner un montón de páginas para tomar nota de todo lo que nos han apoyado desde el primer día», indicó Patiño tras la reunión con García-Margallo.
El ministro de Defensa destacó que «a las 48 horas (del terremoto) estaba aquí el equipo de rescatistas españoles, lo cual es una demostración de una gran amistad y hermandad».
El terremoto, cuyo epicentro se localizó cerca de Pedernales, dejó 660 muertos, cerca de 35.000 personas albergadas y multimillonarias pérdidas materiales.
Tras conocer de la tragedia, España envió a Ecuador 45 integrantes de la Unidad Militar de Emergencias (UME) y doce bomberos en una primera fase, que siguió con dieciocho toneladas de ayuda humanitaria en dos aviones.
La ayuda española incluyó equipos de potabilización de agua, material de cobijo como tiendas de campaña y mantas, además de 8.000 kilos de medicamentos.