«No se anticipa que tengamos el dinero», por lo que «invitamos» a los acreedores «a que negocien de buena fe», dijo García Padilla en una conferencia de prensa en referencia a los cerca de 2.000 millones de dólares en deuda que vencerá en julio.
Después de que el domingo la isla incurriera en su primer impago masivo de deuda, y si antes EE.UU. no aprueba algún mecanismo que permita a la isla reestructurar su deuda, Puerto Rico dejará sin cubrir deuda garantizada, algo sin precedentes en la historia de este territorio que seguramente acarreará «una infinidad de demandas» ante los tribunales estadounidenses.