El presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, y el jefe máximo de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), Rodrigo Londoño, alias «Timochenko», firmaron en Bogotá el nuevo y definitivo acuerdo de paz para terminar con 52 años de conflicto armado interno.
Al igual que en el primer acuerdo en Cartagena de Indias, Santos y Timochenko utilizaron un «balígrafo, que simboliza la transición de Colombia de la guerra a la paz. Posteriormente inició el discurso del líder guerrillero, que fue seguido por el del mandatario.
El primero en hablar fue el guerrillero. Timochenko comenzó su discurso con una contundente frase: «Que la palabra sea la única arma de los colombianos. Para alcanzar la firma de este acuerdo definitivo, los colombianos vivimos medio siglo de guerra abierta».
Por su parte, el presidente colombiano, Juan Manuel Santos, destacó que «los delitos de lesa humanidad serán investigados, juzgados y sancionados».
«Las FARC, como grupo armado, dejarán de existir. Hemos firmado el acuerdo definitivo, surgido de un diálogo abierto y franco», comentó. Y agregó: «No podíamos dilatar un minuto la implementación. El cese del fuego había comenzado a desmoronarse».
De su lado, el expresidente de Colombia Álvaro Uribe, principal promotor del “No” en el plebiscito del pasado 2 de octubre, rechazó este nuevo acuerdo de paz entre el Gobierno y las FARC, y afirmó que hay “temas graves que no se modificaron”.
En un comunicado, el ex mandatario pidió un Acuerdo Nacional para introducir unas modificaciones al acuerdo ajustado entre el Gobierno y la FARC, aunque asegura que el Ejecutivo se ha negado ya.
“Nosotros hemos dicho, de acuerdo con la palabra que empeñó el Presidente de la República y de acuerdo con la sentencia de la Corte Constitucional, que se debe acudir es a la refrendación popular, bien sea de todo el acuerdo o por lo menos de esos temas sensibles sobre los cuales no hay acuerdo”, dijo Uribe.
El rechazo de Uribe se une al de Andrés Pastrana, el otro antiguo presidente colombiano que se opuso al acuerdo de paz en la campaña para la consulta popular y que se saldó con un rechazo al texto sometido a votación.
Tras el plebiscito, tanto Uribe como Pastrana hicieron llegar al Gobierno sus propuestas. Según el jefe de los negociadores, Humberto de la Calle, el 80% de las sugerencias de los partidarios del “No” se integraron en el nuevo texto del acuerdo, anunciado el pasado 12 de noviembre y dado a conocer en su integridad dos días después.
Alejandro Ordóñez, exprocurador General de Colombia, en entrevista en FM MUNDO manifestó que no existe un nuevo acuerdo de paz. Lo que hay, dijo, es el mismo documento con algunas modificaciones cosméticas y en aspectos que no son los problemáticos en materia de justicia y elegibilidad política.
Sin embargo, y pese a la críticas, el presidente Juan Manuel Santos está decido a aprobar este nuevo acuerdo, y el pasado marte reiteró que el documento se refrendará en el Congreso, porque éste representa al pueblo, y llamó la atención para que la implementación se lleve a cabo cuanto antes porque el cese bilateral al fuego es frágil.
Es así que los puntos claves y más importantes de este nuevo acuerdo son; las Farc presentarán inventario de bienes y activos para reparación de víctimas; se precisó mecanismos y características de restricción de libertad para todos los responsables; se fijaron espacios territoriales específicos para dichas sanciones; los magistrados tendrán en cuenta caso a caso respecto a narcotráfico y política; se eliminan los magistrados extranjeros pero se aceptan consejeros, entre otros.