El vicepresidente Glas llegó hasta Manabí, recorrió las calles de Portoviejo e hizo un sobrevuelo sobre Pedernales. El número de víctimas asciende a 246. Se asignaron $ 300 millones para la catástrofe.

Luego de vivir una de las noches más largas de su historia, Ecuador pudo notar la magnitud del terremoto que sacudió el país. Hay destrucción en prácticamente toda la costa, pero en las zonas cercanas al epicentro solo puede apreciarse escombros. En Manabí, en Manta y Portoviejo hay edificios derrumbados.

Mientras que Pedernales es el área del desastre. Por eso, a medida que los equipos de rescate se aproximan a la zona cero el número de fallecidos aumenta. A las 02:00 de ayer la cantidad total de muertos era de 77. Para el mediodía la cifra subió a 246. Y hay más de 2.500 heridos. El vicepresidente Jorge Glas asumió el mando de la crisis ya que el presidente Rafael Correa se encontraba en Roma. El Segundo Mandatario pasó la noche en el ECU-911 de Quito, convertido en el centro de operaciones del Gobierno. Allá llegó casi todo el gabinete ministerial para coordinar el envío de provisiones, médicos y equipos de rescate a Manabí.

Para conocer de cerca la situación, Glas se desplazó, a las 06:00, a Portoviejo. Desde allí, 8 horas después, ofreció una rueda de prensa. Y ahí repitió que no hay alerta de tsunami, que las represas no están afectadas. Los rumores no cesan en las redes sociales, por lo que las autoridades han pedido a la ciudadanía que solo confíen en fuentes oficiales. Tampoco hay afectación a la infraestructura petrolera del país, aunque la refinería de Esmeraldas paralizó sus operaciones para evaluar daños y precautelar la seguridad de los trabajadores. Hasta el cierre de esta edición se contaron 189 réplicas.

La más fuerte ocurrió a las 2:00, por lo que muchas familias, sobre todo en el centro de Guayaquil, pasaron la noche en las calles. En una primera respuesta se han enviado a la zona del desastre 3.000 kits de alimentos, 7.600 kits de dormir, 150 kits de vajilla familiar y 10.000 botellas de agua. Además se han desplazado los 2 hospitales móviles del Ministerio de Salud Pública a Manabí. Lo propio hizo las Fuerzas Armadas con el nosocomio que tienen ellos. “Los rescatistas están llegando, en avionetas y helicópteros, realizaremos un sobrevuelo por las zonas afectadas”, manifestó Glas. “Vamos a superar esto y estamos comprometidos con este nuevo desafío que nos impone la naturaleza a todo el pueblo ecuatoriano”, agregó.

En Guayas el fluido eléctrico fue normal ayer, pero en Manabí no. Los postes caídos dificultan el restablecimiento del servicio. Según el último reporte, en Manabí se restableció en 4,3% el servicio eléctrico, en Santo Domingo de los Tsáchilas en un 80%; en Guayas en un 99%; y, en el resto del país 100%. Hay otro punto de grave afectación. Se trata de Muisne, una isla de Esmeraldas a la que solo se llega por gabarra. En el cantón hay casas destruidas. En Guayaquil, todos los pasos a desnivel están cerrados luego de que uno de ellos se derrumbara y otro sufriera importantes daños.

El alcalde Jaime Nebot pidió a los ciudadanos evitar salir hoy, día laboral, debido a que los viaductos permanecerán cerrados. Eso ocasionará graves congestionamientos, sobre todo en el norte de la ciudad. En Quito se coordina la ayuda internacional que empezó a arribar al aeropuerto de la capital. Ecuador necesita sobre todo rescatistas que ayuden a las personas que podrían estar atrapadas. Bomberos de todas las provincias se dirigieron a Manabí, pero se necesita más personal. En Pedernales, según los primeros reportes, el 80% está destruido.

El estado de excepción rige en todo el país. Por eso las FF.AA. han desplegado a 10.000 de sus efectivos para precautelar la seguridad. A ellos se unirán otros 4.600 policías. En cuanto al personal sanitario se desplegaron 241 profesionales de la salud y 19 ambulancias.