Temer, en una reunión con los líderes de los partidos en el Congreso, anunció seis medidas, algunas de las cuales exigen aprobación parlamentaria, destinadas a sanear las cuentas públicas y a recuperar la confianza de los inversores.
El presidente interino afirmó que el Tesoro Nacional será reforzado de forma inmediata con 100.000 millones de reales (unos 28.571 millones de dólares) de los 500.000 millones de reales (unos 142.857 millones de dólares) que le adeuda el Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social (BNDES).
El Tesoro también recibirá 2.000 millones de reales (unos 570 millones de dólares) del Fondo Soberano que el Gobierno creó para ahorrar recursos procedentes de las regalías petroleras y que, según Temer, está paralizado.
Estas medidas, apuntó, pueden ayudar a reducir el histórico déficit fiscal primario previsto para este año, de 170.496 millones de reales (unos 47.600 millones de dólares), equivalentes a cerca del 2,75 % del PIB.
El país, insistió, sólo volverá a crecer cuando el Gobierno sanee sus cuentas y ponga fin a una tendencia creciente insostenible del gasto público.
Para lograrlo, anunció que enviará la próxima semana al Congreso una enmienda constitucional para limitar de forma permanente el crecimiento del gasto público.
«Los gastos tienen una trayectoria insostenible y no podemos condenar al pueblo en el futuro a grandes dificultades. Estamos redactando la enmienda y la enviaremos al Congreso la próxima semana pero la idea es que el crecimiento de los gastos públicos de un año se limite a la inflación del año anterior», explicó.
Temer señaló que los gastos primarios saltaron desde el equivalente al 11 % del PIB en 1991 al 19 % del PIB en 2015, lo que representa un aumento anual de 0,3 puntos porcentuales.
Según el equipo económico del nuevo Gobierno, mientras que los ingresos públicos crecieron a una tasa anual del 14,5 % entre 2008 y 2015, los gastos saltaron un 51 %.
La enmienda para limitar los gastos, dijo Temer, «es la mejor forma de consolidar una meta para el crecimiento de los gastos; va a permitir reducir el riesgo país; dar más confianza y, en un futuro, reducir los intereses».
Aprovechó el encuentro para pedirle al Congreso que acelere la aprobación de la nueva meta fiscal y de proyectos de interés económico estancados en el Legislativo, entre ellos, los referidos a la gestión de fondos de pensiones y empresas estatales y a la posibilidad de que sociedades diferentes a Petrobras exploten los gigantescos yacimientos petroleros descubiertos en la llamada región del presal, en aguas profundas del Atlántico.
Temer anunció la creación de un grupo, con representantes de los sindicatos y de la sociedad civil, para acordar la reforma del sistema de pensiones, totalmente deficitario debido a que, entre otras cosas, en Brasil no hay edad mínima para jubilarse.
«Cuando lleguemos a una propuesta (sobre la reforma) podremos presentarla al país aunque no sea con el acuerdo de todos pero sí de la mayoría. El 65 % de los brasileños, según un sondeo, está de acuerdo con algunas de las medidas analizadas», dijo.
«Estamos analizando otras medidas que serán anunciadas cuando estén listas. Todas tienen el objetivo de retomar el crecimiento, reducir el desempleo y alzar a los que están en la pobreza absoluta a la condición de clase media», agregó.
Brasil sufrió una recesión del 3,8 % en 2015 y este año se prevé una contracción similar del PIB, con lo que se han deteriorado prácticamente todos los indicadores económicos, con caídas de producción, consumo y un fuerte aumento del desempleo.