Según el último balance de víctimas de la Oficina del Gobernador, al menos 130 de los heridos continúan ingresados en los hospitales de esa ciudad.
Este es considerado el ataque más mortífero en esa urbe turca de los tres que se han registrado este año.
Entre los 13 extranjeros muertos, figuran cinco saudíes, dos iraquíes, un tunecino, un uzbeko, un chino, un iraní, un ucraniano y un jordano, según informó un responsable turco.
Desde el aeropuerto, el primer ministro de ese país, Bimali Yildrim, dio un primer balance de muertos y estimó que «los indicios apuntan a Dáesh», acrónimo en árabe del EI).
Por el momento, se desconoce la nacionalidad de los asaltantes. «Tres kamikazes llevaron a cabo el ataque», dijo por su parte el gobernador de Estambul, Vasip Sahin.
Las autoridades estiman que las explosiones se produjeron en la entrada de la terminal de vuelos internacionales hacia las 22H00 locales (19H00 GMT).
Los testigos dijeron que tres atacantes comenzaron a disparar contra los pasajeros y la policía y cuando fueron repelidos, estos hicieron estatallar los explosivos asidos a sus cuerpos.
Desde la capital, Ankara, el presidente turco Recep Tayyip Erdogan lanzó un llamado internacional a una «lucha conjunta». «Esta ataque, perpetrado durante el mes del ramadán muestra que el terrorismo golpea sin consideración de fe ni de valores» agregó.
Oftah Mohamed Abdulá, una mujer somalí, relató a la AFP que vio a uno de los atacantes. «Tenía una bufanda rosa y una chaqueta corta, bajo la cual escondía un fusil. Sacó el arma y comenzó a disparar. Caminaba como un profeta», explicó.
Las cadenas de televisión mostraban escenas de pánico delante de un gran hospital en las inmediaciones del aeropuerto, en el distrito de Bakirkoy, donde se agolpaban los familiares que querían tener noticias de los desaparecidos.
Entre las personas que se encontraban en el aeropuerto en el momento del atentado figura el gimnasta olímpico colombiano Jossimar Calvo, que se encuentra sano y salvo, según informó la Federación Colombiana de Gimnasia.
Tras suspender todos los vuelos, el tráfico aéreo se restableció a partir de las 03H00 (00H00 GMT). Los destrozos fueron reparados rápidamente y el miércoles el registro de pasajeros no mostraba mayor perturbación.
La terminal aérea de Ataturk, donde se produjeron los hechos el martes, es el décimo primero del mundo con más de 60 millones de pasajeros.