La capacitación se realizará a cargo de Jorge Schtam, técnico alemán, que ha ofrecido otros talleres en zonas afectadas por movimientos telúricos en otros países. Este proyecto se conoció este lunes durante el seminario Internacional: “Construcción en Bambú”, que se desarrolló en el Teatro de la Universidad Central del Central del Ecuador (UCE), en Quito.
Schtam informó que 20 maestros de 10 comunidades afectadas de Esmeraldas y de Manabí (Jama, Pedernales, Quinindé, Mompiche, etc.) fueron seleccionados para que aprendan a preparar la madera. Luego, ellos replicarán los conocimientos a los demás miembros de su comunidad. El técnico alemán adelantó que los ciudadanos aprenderán a escoger bien este material natural, a inmunizarlo (prepararlo para que resista el aire salado de las costas, el calor y la tierra del mar).
Además se les explicará cómo planificar una obra para instalar con criterios de seguridad y de calidad. «Hay que implementar la inmunización del bambú y hay que tener unas metodologías prácticas y rápidas para crear un estándar de calidad», reiteró el experto. Pedro Páez, titular de la Superintendencia de Control del Poder de Mercado (SCPM), participó en el encuentro. Añadió que se planteó el uso del bambú en la reconstrucción de las zonas afectadas en Manabí y Esmeraldas debido a sus cualidades anti-sísmicas. La SCPM promueve la aplicación de este material alternativo en la construcción de su oficina en la zonal 4 Manabí, la idea fundamental es buscar otras opciones de construcción en el mercado, “solo se puede cambiar cuando multipliquemos las opciones de elección de ciudadanos”, explicó Páez.
Fernando Sempértegui, rector de la UCE, manifestó que es una tarea prioritaria para las universidades dar alternativas viables de hábitat a los ciudadanos. Andrés Ramírez, ciudadano colombo-alemán, fue invitado al evento. Él es representante de Escuela para la Vida que maneja un colegio construido con caña guadúa y palma en Colombia. El experto compartió la experiencia sobre la aplicación de este material natural. «Se ha demostrado que estas plantas, por su estructura elástica, pueden resistir fuertes movimientos y con un adecuado mantenimiento tienen una vida útil de varias décadas», dijo. Carlos Eduardo Rincón, catedrático de la Universidad Tecnológica de Pereira (Colombia) e Investigador del Departamento de Producción Limpia de la Facultad de Ciencias Ambientales, recordó que en 1999, las localidades de Armenia, Quibaña y Calarcá soportaron un terremoto.
En estos puntos era común el uso de bareque (caña guadúa), pero en los sectores sociales menos favorecidos. Sin embargo, luego del movimiento sísmico se inició un proceso de reconstrucción con este material. Se levantaron alrededor de 2.000 casas. Ramírez habló de otra de las ventajas de esta planta: nace fácilmente en la mayoría de los suelos y su tiempo de crecimiento es 50% menor que el de los árboles normales.