Luego de un recorrido realizado por varias parroquias, el Ministro del Ambiente reconoció que esta tragedia servirá para identificar las zonas de riesgo y los asentamientos irregulares.

Un total de 208 casas colapsadas, 155 viviendas caídas y 397 inmuebles con diversos daños es el saldo que dejó el terremoto del 16 de abril pasado en las 6 parroquias del cantón Quinindé (Esmeraldas). Quinindé es una cabecera cantonal con una población de 28.928 habitantes; es la segunda ciudad más poblada de la provincia, de allí que se estima el alto número de afectaciones en las viviendas especialmente rurales, según los estudios de la Secretaría Nacional de Gestión de Riesgos (SNGR). El tema fue conocido directamente ayer por el ministro del Ambiente, Daniel Ortega, durante un recorrido que duró alrededor de 5 horas.

El objetivo fue establecer medidas para ayudar a las poblaciones afectadas, no solo por el sismo de 7,8 grados en la escala de Richter, sino también por las réplicas. El primer punto fue el recinto El Mirador, en el poblado La Juanita, de la parroquia Cube. Allí habitan 50 familias y las afectaciones se produjeron por las réplicas. A lo largo de los caminos de tierra y de arcilla se observan orificios de hasta 5 metros de profundidad que empezaron a aparecer tras el sismo. El habitante Santiago Sarango Moreno, de 48 años, quien se dedica a la producción de cacao en una finca de 3 hectáreas, mostró cómo el sismo causó un hundimiento en su propiedad y cuarteó las paredes y el piso de la casa. El inmueble de Sarango tiene una extensión de 200 metros cuadrados de construcción. “La casa era perfecta para vivir, pero debido a los movimientos de la tierra (sismo y réplicas) quedó destruida”, comentó preocupado. En este inmueble habitaban 2 familias, pero tuvieron que abandonarlo porque fue declarado en riesgo.

“No se pueden retirar las cosas de golpe, estamos sacando poco a poco porque tenemos miedo de que nos roben”, contó el morador. En este sentido, el Comité de Operaciones de Emergencia estableció patrullajes permanentes para evitar el robo a viviendas. Manuel Casanova, alcalde de Quinindé, también acudió al recorrido. Explicó que el hundimiento de tierra se produjo en asentamientos irregulares en zonas de riesgo. Ortega señaló que en estos recintos no se han registrado víctimas mortales. Añadió que ya se movilizó maquinaria pesada para la apertura de pasos, tomando en cuenta que los habitantes le dijeron que necesitan retomar sus tareas agrícolas. La gobernadora de Esmeraldas, Paola Cabezas, informó que 21 familias fueron afectadas en la parroquia Cube: 9 son las más perjudicadas. Indicó que ya se alertó a los moradores del lugar sobre un posible riesgo de nuevos hundimientos. No obstante, dijo que, si bien es una zona de riesgo, las personas no se mueven del lugar porque se trata de un sector productivo.

“Cada día la loma cede más y existe el riesgo de perder vidas humanas”. Según cifras de la SNGR, solo en Quinindé hay 4.159 personas afectadas, 8 familias ubicadas en albergues, 316 en refugios temporales y otras 352 que se han ubicado en casas de personas acogientes. Uno de estos puntos de refugio se encuentra en el Campamento Chamanga, ubicado a 30 minutos de La Concordia: allí están 4 familias que perdieron sus viviendas, en una infraestructura de 100 metros cuadrados en donde funcionaba la escuela de la localidad. Sebastián Granda es uno de los albergados, quien explicó que en el lugar padece varias incomodidades, ya que su hijo sufre de discapacidad mental y debe recibir tratamiento en un centro de terapia de La Concordia. Además, necesita silencio para dormir, pero no se puede porque la gente está nerviosa y tampoco duerme. “El ruido también lo pone tenso y se pone a llorar”.

En cambio, de acuerdo a los reportes del Ministerio de Educación entregados al Comité de Operaciones de Emergencia (COE), en el cantón de Quinindé se reportaron 19 instituciones educativas afectadas. De ellos, 8 planteles con diversos daños en su estructura son de la parroquia La Unión, 7 en Rosa Zárate, 3 en Cube y 1 en Malimpia. Los centros escolares y de secundaria con mayores afectaciones son Armada Nacional, Marieta de Veintimilla, la Unidad Educativa Alejandro Ortega Briones. El Colegio de Bachillerato Víctor Manuel Peñaherrera registró colapso de paredes.