«Hemos trabajado por 48 horas, que no han podido ser continuas para salvaguardar la seguridad de nuestro equipo», explicó el teniente Miguel Llumiquinga.
Durante las primeras horas del viernes un contingente de 23 bomberos de Quito y 12 de Machachi ubicaron dos focos principales que aún respresentaban un riesgo. Una vez que lograron controlarlos iniciaron los trabajos de liquidación.
«Se hará un sobrevuelo para monitorear el área y determinar si ya no existen más puntos calientes ni columnas de humo, cuando tengamos esa información finalmente habremos concluido nuestra labor», manifestó Llumiquinga.
Por la topografía del terreno los bomberos debieron caminar hasta ocho kilómetros para poder llegar a los puntos críticos, cargando en su espalda su mochila forestal, cuyo peso oscila entre las 40 y 50 libras.
El fuego fue controlado en su mayor parte de forma manual, pues por las condiciones agrestres del sitio los tanqueros no podían ingresar con agua.
«Lo ideal hubiera sido poder sofocar con agua, pero ante las condiciones debimos trabajar con mochilas de agua y con herramientas manuales que nos permiten raspar, cavar y liquidar las llamas», explicó el oficial. Hasta el momento no se ha podido determinar el porcentaje de afectación en el cerro, compuesto principalmente por arbustos y pajonales.
Sin embargo los bomberos tienen previsto realizar un sobrevuelo en las próximas horas para con la ayuda de una cámara térmica determinar la cantidad de hectáreas consumidas por el fuego.
«En los días que hemos estado en el sitio no tenemos registro de animales muertos, pero la vegetación si queda muy lastimada», detalló el oficial La Unidad de Investigaciones de Incendios acudirá al sitio para analizar y determinar las causas que produjeron este incendio forestal de gran magnitud.
Según Llumiquinga se presume que una quema agrícola se salió de control y el fuego empezó a expandirse con rapidez por las fuertes corrientes de viento.
Fuente: El Comercio