Los ingleses dominaron el encuentro desde los primeros minutos frente a un equipo tunecino, que -con muchas limitaciones- prefería defenderse y aprovechar la velocidad de sus volantes para generar contragolpes.
El delantero Harry Kane marcó el primer tanto a los 10 minutos. En un centro John Stones cabeceó un balón, que fue mal despejado por el golero Mouez Hassen y el atacante del Tottenham aprovechó el rebote para sentenciar el primer tanto.
Los ingleses dominaban el partido sin problemas e incluso los africanos perdieron al arquero Hassen por una lesión en el hombro y debió ingresar Farouk Ben Mustapha.
Pero como le suele ocurrir reiteradamente en las Copas Mundiales, los ingleses se durmieron en un contragolpe y Kyle Walker cometió una falta infantil dentro del área, que el colombiano Wilmar Roldán sentenció como penal sin necesidad de la asistencia del VAR.
El volante Ferjani Sassi anotó el inesperado empate de Túnez con un remate al costado izquierdo y provocó el nerviosismo de los ingleses, que fueron incapaces de dominar otra vez el encuentro.
El desorden de Inglaterra se notaba sobre todo en el mediocampo, donde Ashley Young daba centros poco precisos, Raheem Sterling retenía demasiado el balón y Harry Kane debía retrasar su posición de ‘9’ para corregir los errores que había en el juego colectivo.
En el segundo tiempo se repitió la misma tonalidad. Inglaterra pasaba de los 3/4 de la cancha por el muro defensivo de los tunecinos, que en lugar de crear ocasiones esperaban a su rival y preferían jugar con el enmarañado juego inglés.
Pese a contar con un plantel joven y repleto de figuras de la Premier League, Inglaterra no pudo con un endurecido equipo de Túnez y debió esperar al minuto 90. Harry Kane cabeceó el balón a un costado en un tiro de esquina y le dio el segundo tanto a los ‘pross’, que ganaron pese a una presentación muy floja.
En la siguiente fecha del Grupo G, que se jugará el domingo 24 de junio, Inglaterra jugará contra Panamá y Bélgica, el líder del grupo, se enfrentará con Túnez.