Este miércoles el expresidente Álvaro Uribe rechazó la invitación que le había hecho el presidente Juan Manuel Santos para que se sentaran a dialogar sobre sus diferencias frente al proceso de paz, en una carta que le envió el pasado 10 de julio.

EFE

Desde Roma, Italia, Uribe dijo que es inútil la invitación al diálogo pues, a su parecer, no se trata de un debate para aportar ideas —desde la oposición— sino una reunión para “notificar lo resuelto”. Es decir, el proceso de paz que negocia el gobierno con la guerrilla de las FARC desde 2012.

“Ha sido dañino para la democracia que personas con responsabilidades públicas creen confusión entre la indulgencia al narcoterrorismo en nombre de la paz y la represión al reclamo justo en nombre de la autoridad”, respondió Uribe a Santos este miércoles a través de su Twitter.

La respuesta llega tres días después de que el presidente Santos invitara a Uribe y a participar en la “construcción de un país mejor y en paz”, trabajando conjuntamente con las fuerzas opositoras del gobierno, que lidera el ahora senador, al frente del Centro Democrático.

“Lo invito a usted y a sus seguidores a participar en el diseño de ese nuevo país que todos queremos, de esas nuevas reglas que garanticen, por ejemplo, los derechos de la oposición y mejoren nuestro sistema electoral”, escribió Santos.

“Creo sinceramente que podemos trabajar conjuntamente en la construcción de un país mejor y en paz. En esa dirección, estoy dispuesto, junto con el equipo negociador del gobierno, a reunirme con usted para escuchar sus inquietudes y abrir un diálogo constructivo”.

Pero para Uribe “ha sido dañino” que algunos políticos con gran notoriedad “creen confusión entre la indulgencia al narco terrorismo en nombre de la paz y la represión al reclamo justo en nombre de la autoridad”.

El pasado 23 de junio el gobierno de Colombia y las FARCfirmaron un histórico acuerdo de cese bilateral y definitivo del fuego para poner fin a más de cinco décadas de conflicto interno en el país. Las partes han alcanzado acuerdos en puntos de desarrollo agrario integral, víctimas del conflicto, participación el política, fin del conflicto, drogas ilícitas y cese bilateral del fuego.

Aún falta definir la implementación de los acuerdos, que incluye el tema del posible plebiscito de paz.

Resistencia civil

El partido de derecha Centro Democrático, una de las fuerzas políticas más grandes en Colombia—obtuvo alrededor de 3,4 millones de votos de entre 14 millones de votantes en las elecciones a la Cámara y Senado de 2014, según datos de la Registradora Nacional— es el principal opositor del proceso de paz en La Habana, pues alega que en el proceso va en contra de la democracia.

Por tal motivo, en los últimos meses llevan a cabo una iniciativa contra las negociaciones de paz conocida como “Resistencia Civil”, en la que aseguran que los diálogos son “nefastos para la democracia» pues no garantizan «la estabilidad de los acuerdos firmados y, además, es generadora de nueva violencia”.

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Este partido político dice que el proceso de paz genera «impunidad disfrazada» pues no llevará a los integrantes de las FARC a la cárcel, podrán ser elegidos en cargos políticos, las fuerzas armadas serán sometidas a la misma justicia que la guerrilla, se iguala a la sociedad civil con terroristas, se negocia el campo colombiano y la negociación es un golpe a la democracia,entre otras quejas.

Pero el presidente Santos en su carta desmiente estos puntos y ratifica que las FARC se someterán a la justicia, entregarán sus armas y no habrá impunidad.

“Los miembros de las FARC deberán someterse al sistema de justicia transicional que se estableció. No habrá amnistía para los responsables de graves crímenes de guerra o delitos de lesa humanidad. Estos serán investigados, juzgados y sancionados por la jurisdicción especial de paz y deberán someterse a una restricción efectiva de su libertad entre 5 y 8 años, siempre y cuando digan toda la verdad sobre lo que sucedió y contribuyan a la reparación de las víctimas”, escribió Santos.

“Es decir, no hay impunidad. Y si llegaran a reincidir, perderán todos los beneficios”, añadió.

Para Santos el país está «a tiempo de demostrar que la paz con las FARC debe estar acompañada de un espíritu de concertación y trabajo” desde la democracia.

Pero para Uribe, la paz “cuando el crimen es campeón, el perdón y la reconciliación corren el riesgo de no ser sinceros y la paz sin justicia corre el riesgo de no ser paz”.

Otros encuentros

Esta no es la primera vez que hay intentos de acercamientos entre Santos y Uribe para dialogar en torno del proceso de paz.

En marzo de 2015, el presidente Santos anunció la creación de una Comisión Asesora para la paz a la que invitó a representantes de todos los partidos políticos, a la Iglesia, a los trabajadores, a los indígenas, y también a los líderes de la oposición.

Uribe se negó a participar en ella y aseguró en una carta difundida en Twitter que enviará periódicamente comentarios sobre el proceso de paz no solo en el país sino también a nivel internacional.

En octubre de 2014, Santos también había invitado al expresidente Uribe a través de su Twitter a conversar “con criterio patriótico” sobre la paz.