Como parte de un viaje por Europa, Duque estuvo en los estudios de la BBC en Londres para participar en Hard Talk, un programa de entrevistas emblemático por sus conversaciones «difíciles», como su nombre bien indica.
Durante su gobierno, iniciado en 2018, Duque ha enfrentado una pandemia global, la implementación del acuerdo de paz con la guerrilla de las FARC y dos estallidos sociales marcados por la fuerte represión policial.
Y, ungido por el uribismo y gran parte de la derecha, también ha visto aumentar el descontento hacia su gestión, según distintas encuestas.
El aumento de la violencia rural, los asesinatos de líderes sociales, la crisis socioeconómica y la profunda desconfianza hacia un establecimiento que él representa han socavado la reputación de su gobierno que, a ojos de Duque, pasará a la historia como impulsor de equidad e inversión social.
El presidente será el primero de los últimos tres en el país que no tendrá la opción de buscar la reelección por ley.
De tenerla, insiste, «estaría en la pelea», a pesar de la desaprobación de la ciudadanía, que entre otras cosas se manifiesta en el inédito favoritismo de un izquierdista —el exguerrillero y exalcalde de Bogotá Gustavo Petro— en los comicios de este domingo.
Aquí recogemos la traducción al español de la entrevista en inglés que concedió el presidente de Colombia a la BBC.
Ahora que está a punto de dejar la presidencia, varias encuestas en Colombia sugieren que una gran mayoría del país desaprueba el trabajo que ha hecho. ¿Por qué cree que es así?
Le cuento algo interesante. Hace cuatro años, en la primera vuelta presidencial, yo obtuve el 39% de los votos y ese es el mismo número que registran las encuestas a las que ustedes se refieren.
Y, déjeme decirle algo, si yo pudiera presentarme a la reelección, estoy seguro que estaría en la pelea y sería reelecto, porque tenemos importantes resultados para mostrar.
Pero usted hizo grandes promesas. Por ejemplo, en 2018 dijo textual: «Tenemos una obligación de transformar el país, restaurar la democracia y la confianza de los ciudadanos, promover el emprendimiento y construir un país con justicia social». Pero hace un año vimos a miles de personas que salieron a las calles a protestar. Vimos violencia. Vimos a la gente pasar tantas necesidades que no pudieron soportarlo más.
Aquí hay que decir varias cosas importantes. Vamos a mirar los hechos y estos dicen que en el último año hemos alcanzado la tasa más baja de homicidios de los últimos 40 años en Colombia.
Además, tenemos la cifra más baja de secuestros desde que hay indicadores sobre este crimen.
Tenemos la baja más grande (en los índices) de pobreza multidimensional en el país desde que comenzaron estas mediciones en 2010 y, algo que es muy importante, alcanzamos récords históricos de crecimiento económico el año anterior y este primer trimestre de 2022 ha sido el mejor en la historia.
Ahora, sobre lo que pasó el año pasado. Creo que vimos tres tipos de situaciones.
Una, protestas pacíficas de personas que vimos que estaban afectadas por la pandemia y sus consecuencias económicas y por eso ampliamos las redes de cobertura social en el país. Básicamente duplicamos el número de beneficiarios de los programas sociales.
Otra situación fue la de quienes hicieron bloqueos en las calles y trataron de afectar económicamente al país. Para mí esos actos son claramente criminales y por eso hubo personas que fueron capturadas y llevadas ante la justicia.
Y tres, es que nos dimos cuenta de que había muchos jóvenes que querían ser escuchados, que deseaban tener mejores oportunidades de empleo y desarrollo profesional.
Para nosotros este punto es muy importante porque, si miramos los indicadores que se dieron a conocer hace una semana, nos señalan que tenemos las cifras más bajas de informalidad laboral desde que se tiene registro en Colombia.
Presidente Duque, usted nos da muchos datos para tratar de decir que las cosas están bien, pero no es así. Hay 20 millones de colombianos viviendo en la pobreza, 6 millones de ellos en la extrema pobreza, y la FAO señaló a Colombia como el único país en Sudamérica que sufría de inseguridad alimentaria.
No le estoy dando datos, sino evidencia.
No sé si las personas que le dieron esta información también le contaron que la FAO emitió un comunicado en el que decía que no tenían suficientes datos para probar lo que habían dicho, que Colombia había aceptado y dado refugio a 1,8 millones de venezolanos que habían huido de su país, lo que ha sido considerado por muchos como el mayor acto humanitario en décadas en América Latina. Y los hemos atendido sin mucho apoyo internacional.
Además, si miramos el panorama de la pobreza multidimensional, que es un indicador promovido por el propio Reino Unido desde 2010, hemos alcanzado los niveles más bajos de este siglo.
Pero no solo es el tema de la pobreza lo que, de acuerdo con el Banco Mundial, está frenando sus perspectivas de crecimiento. También es la desigualdad: Colombia es el segundo país más desigual de Sudamérica.
La desigualdad ha estado en Colombia por muchos años. Ahora, el coeficiente Gini [que es el que mide la desigualdad en el mundo] de 2021 es mucho más bajo que el de 2019, porque hemos tomado medidas como darle educación universitaria gratuita a sectores de la población más pobres y de clase media.
Somos el gobierno que hizo crecer de 3 millones a 10 millones el número de familias que son beneficiarias de programas sociales.
Algo que hay que destacar también es que cuando se ven cifras sobre vivienda, acceso a agua potable y servicios públicos, todo eso hace parte de las mediciones de la pobreza multidimensional, que durante nuestro mandato han alcanzado los mínimos históricos, lo que significa que las políticas que hemos estado adoptando han ayudado a reducir la desigualdad.
Pero la gente en su país no parece comprar esas cifras, estos argumentos. No le creen los datos de la economía, no le creen cuando habla sobre la seguridad en el país, porque es claro que, si uno mira los números y los contrasta con los testimonios en distintas partes del país, mucha gente no se siente segura.
La gente ve que los carteles de la droga siguen operando con total impunidad, que la disidencia de la guerrilla sigue operando, que los paramilitares siguen operando.
Usted no ha podido lograr la pacificación de su país…
Insisto en los hechos. Yo heredé del gobierno anterior muchos problemas y ahora, mirando dos de los datos más importantes sobre temas de seguridad en América Latina, le pregunto: ¿tener los récords más bajos de homicidios en décadas no beneficia a la gente? ¿Tener el número de secuestros más bajos desde que se llevan estos registros no beneficia a la gente?
Uno de los principales capos de la droga, Otoniel, fue capturado, ¿eso no beneficia también a las personas? Él fue capturado y extraditado. Además, la estructura del cartel del Golfo ha sido desmantelada.
Y usted me dice que la gente en Colombia no compra lo que estoy diciendo, porque es algo que no estoy vendiendo. Solo le estoy mostrando las evidencias.
El año pasado tuvimos uno de los crecimientos económicos más grandes en el mundo y el primer trimestre de este año nos ponen como una de las economías con el crecimiento más rápido dentro de los países de la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos).
Creo que los colombianos ven que las cifras sobre el PIB o el crecimiento no se reflejan en lo que se vive a diario en el país.
Es por eso que este gobierno ha hecho la mayor inversión social en la historia de Colombia.
Si usted mira las cifras de transferencias de efectivo condicionadas o no condicionadas, nos permiten ver que hemos logrado multiplicar la red de asistencia social en una escala que nos permite hablar de reducción de la pobreza después de todos los efectos que ha tenido la pandemia en el país.
Si me lo permite, presidente Duque, tal vez parte del problema es que usted ha hecho grandes promesas. Por ejemplo, usted acusó al expresidente Juan Manuel Santos de dejar el país «nadando en coca» y que, bajo su mandato, esto sería otra historia. Pero si miramos los últimos reportes del Instituto Transnational (especializado en temas de tráfico de droga), señalan que la producción de cocaína en su país sigue aumentando.
Incluso si las cifras hablan de una reducción de las hectáreas donde se siembra la hoja de coca, de algún modo la producción de la droga ha aumentado durante su mandato.
En 2015 teníamos 50.000 hectáreas de coca. Cuando yo asumí como presidente, teníamos más de 200.000 hectáreas. Entonces lo que yo le dije al pueblo colombiano es que íbamos a detener el crecimiento exponencial de los cultivos de coca. Y lo hicimos.
Segundo, nosotros dijimos que íbamos a reducir el área plantada con cultivos de coca. Y lo hicimos.
Y tercero, el año pasado decomisamos cerca de 670 toneladas de cocaína, que es una cifra récord y, además, logramos desmantelar tres de los más grandes grupos criminales del país, los Pelusos, Caparros y Puntilleros.
Y al clan del Golfo, que es el cartel más grande, le propinamos un fuerte golpe cuando capturamos a Otoniel.
Precisamente, usted menciona al clan del Golfo porque se siente muy orgulloso de la captura de Otoniel y su extradición a Estados Unidos. De hecho, lo señala como un gran triunfo.
Pero, ¿qué vimos después de que fuera capturado? Vimos que el clan del Golfo puso en jaque a una parte de la población con un paro armado. En amplios sectores del norte de su país demostraron su poder. Se estima que tienen miles de hombres armados dentro de su organización. ¿Cómo pueden usted y sus fuerzas de seguridad permitir eso?
Primero hay que aclarar que no lograron poner en jaque o bloquear ciudades. Lo que trataron fue generar un momento de incertidumbre.
Pero nosotros no solo hemos atacado estas estructuras, sino que también hemos capturado y extraditado a sus cabecillas. Y algo muy importante es que, en los ocho años anteriores a mi mandato, ese mismo grupo intentó hacer lo mismo cuatro veces. Es parte de su patrón de funcionamiento: cada vez que se sienten débiles, intentan crear incertidumbre.
Pero la verdad es que nunca se ha visto a tantas personas de su estructura capturadas y enviadas en extradición como durante mi gobierno.
Hablemos un poco de las FARC (Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia), que firmaron un acuerdo de paz con el gobierno en 2016 y ustedes -hablo de su partido y de usted- se opusieron a ese acuerdo. De hecho, dijeron que era algo perjudicial para Colombia, dijeron que no había justicia.
No obstante, aunque ha optado por no romper lo firmado en los últimos cuatro años, lo que parece es que ha decidido ralentizar su implementación. ¿Cree que eso es bueno para Colombia?
De nuevo, lo mejor es mirar los hechos y no creer en rumores…
No estoy basándome en rumores. Un centro respetado como el Instituto Kroc para Estudios Internacionales de Paz señala que, después de hacer un análisis detallado, solamente el 29% de los acuerdos de paz han sido implementados. Y que solo se logró adelantar un 2% de estos temas el año anterior. Así que hablemos de los hechos.
El Instituto Kroc ha dicho que el avance es del 35% en un proceso que se espera se implemente en cuatro gobiernos.
Eso significa que estamos dentro de lo pactado. Además, la Defensoría del Pueblo ha dicho que el avance de la implementación dentro de mi gobierno ha sido el más rápido desde que se firmó el acuerdo.
Le pongo dos ejemplos: cuando comenzó mi gobierno, solo teníamos dos proyectos de desarrollo a nivel regional. Ahora tenemos 15, con cerca de US$4.000 millones en inversiones. Estamos cambiando y mejorando la vida de decenas de personas…
Pero…
Le pido que me deje terminar, porque creo que es muy importante señalar que la inversión que hemos hecho en este aspecto es la mayor que se ha hecho en temas como acceso al agua, alcantarillado, rutas terciarias y energía.
Yo me sentí muy orgulloso cuando el secretario general de la ONU nos visitó el año pasado para celebrar los cinco años del acuerdo y dijo que la implementación del proceso de paz en Colombia era un modelo para el mundo.
Pero uno de los problemas es que a su partido lo respaldan varias de las familias dueñas de amplias áreas de tierra en Colombia. Y ellos no quieren hacer una reforma agraria, que se supone hace parte de los acuerdos. De hecho, solo el 4% de lo pactado en temas de reforma rural se ha completado. ¿Esto se debe a que estos terratenientes lo tienen en sus bolsillos?
Primero, nadie me tiene en su bolsillo.
Segundo, vamos a hablar de hechos y no de rumores. Nosotros hemos hecho entrega de cerca de 52.000 títulos de tierras en mi gobierno.
Eso pone a mi administración como el principal garante de títulos de tierra en la historia de Colombia y, algo que es supremamente importante, hemos logrado cifras récord en exportación de productos agrícolas.
Además, la inversión que hemos hecho en vías terciarias también ha sido sin precedentes, cuyos principales beneficiarios son los campesinos.
Son los líderes sociales, particularmente en áreas rurales, los que más luchan por la reforma agraria. ¿No lo avergüenza que la última cifra de asesinatos de activistas sociales y comunitarios en Colombia sea de 145, muchos de ellos asesinados en 2021?
Lo más triste es que muchos de estos líderes sociales han sido asesinados por los capos del narcotráfico. Y aunque en mi gobierno se ha presentado una reducción de estos crímenes, la cifra debe ser cero líderes sociales muertos.
Pero lo que yo quiero preguntarle es si se siente avergonzado por estas cifras…
Me hace sentir triste el hecho de que el narcotráfico haya producido tanto daño, a la vez que digo que hemos capturado y hemos extraditado a los líderes de estos grupos armados que han cometido asesinatos, lo que demuestra que el peso de la ley siempre caerá con fuerza sobre ellos.
También me gustaría mencionar que más coca es menos paz en Colombia. Por eso hemos hecho este compromiso de detener el crecimiento exponencial de los cultivos de hoja de coca y también hemos logrado el desmantelamiento de muchas bandas criminales que producen esa droga y que le hacen mucho daño al país.
De alguna manera, esta entrevista sirve como un balance al final de su presidencia y una de las cosas que usted prometió que haría fue convertirse en el presidente del medio ambiente. Esto lo dijo sabiendo que es el custodio de uno de los países más biodiversos del planeta. Según cifras de 2020, en la mitad de su gobierno, cerca de 171.000 hectáreas de bosque se habían talado, ¿cómo permitió que pasara?
Pero de nuevo, hablemos de hechos, no de rumores…
Si me permite, yo estoy hablando con datos.
Bueno, si me está hablando de datos, déjeme decirle que las cifras muestran que, por primera vez en dos décadas, los niveles de deforestación se han reducido.
Me gustaría decir que hemos declarado el 30% del territorio nacional como área protegida.
También hemos sido destacados como uno de los países que han tomado el liderazgo en la reducción de las emisiones de dióxido de carbono. Por eso fuimos felicitados por el gobierno de Reino Unido durante (la cumbre) COP26 que se realizó en Escocia, porque hemos creado un programa, del cual me siento muy orgulloso, que nos permite crear un pago por servicios ambientales…
Pero pudo haber hecho mucho más…
Pero déjeme terminar una frase. Usted no me deja hablar. Me invita a una entrevista, pero no le gusta que hable de las cosas sobre las que tengo amplia evidencia.
Por ejemplo, quiero resaltar que en Colombia hemos fortalecido las políticas ambientales. ¿Tenemos cero deforestaciones en Colombia? No. Pero estas medidas que hemos tomado ciertamente nos llevarán por ese camino.
Uno de los candidatos a reemplazarlo, Gustavo Petro, ha prometido reducir de forma drástica la explotación de hidrocaburos y eliminar el fracking en Colombia. Usted pudo haber hecho todo eso, ¿por qué no lo hizo?
Bueno, primero que nada, hay que decir que no hay fracking comercial en Colombia. Lo que hemos hecho son pilotos científicos, solo para saber si se puede hacer o no en el país.
Lo segundo es que Colombia produce petróleo y eso representa más del 40% de la inversión extranjera directa en el país. Y que el 80% de esas regalías se reinvierte en los territorios.
Ahora, si Colombia deja de producir petróleo, lo que va a ocurrir es que la inflación va a ser de tres dígitos muy pronto, pero sobre todo vamos a dejar de recibir todo el ingreso que eso le genera a Colombia.
Así que me parece un poco ingenuo hacer algo de esa naturaleza.
Ahora, me gustaría aclarar que Colombia no utiliza el petróleo para generar electricidad. Nosotros exportamos más del 50% del petróleo que extraemos. Nosotros tenemos una de las producciones de energía más limpias.
He mencionado a Gustavo Petro, quien es un candidato de la izquierda y le está yendo bastante bien en las encuestas. Pero parece que usted ha intentado asegurarse de que Gustavo Petro no gane las elecciones.
No es así. Hace cuatro años lo vencí y ahora es tarea de los otros candidatos debatir sus ideas.
Pero hay reglas muy claras en su país de que el presidente no puede involucrarse en temas electorales y usted tiene una demanda del Instituto Anticorrupción, donde se señala que usted ha intentado, de forma ilegal, influenciar estas elecciones.
A mí me preguntan a diario sobre temas de política, pero yo no menciono a los candidatos. Donde hay un debate político, yo doy mis opiniones y a muchas personas eso no les gusta.
Y cuando yo señalo que los principales desafíos que tienen las democracias modernas son la polarización, el adornar o disfrazar la verdad y el populismo, muchos candidatos interpretan que me estoy refiriendo a ellos, se sienten aludidos por estas palabras. Ese es el problema.
Pero soy claro en que no menciono a ningún candidato.
No es solamente en los debates políticos, es también por la aprobación de una ley que permitió que mucho dinero público pudiera ser utilizado por los municipios y contratistas privados durante esta época electoral. En términos de contratos con el Estado, esto socavó la llamada Ley de garantías que hay en su país.
Y ahora, la Corte Constitucional, la más alta corte que hay en Colombia, señaló que eso que había hecho era ilegal.
No, la Corte no dijo que yo había hecho algo ilegal, porque yo no fui quien aprobó esa ley. Eso lo hizo el Congreso con una amplia mayoría.
¿Pero usted la firmó?
Sí, porque era un proceso…
Pero fue un error enorme…
No fue un error. Y no lo fue porque era parte de un proceso que le iba a permitir a las comunidades de menores recursos, a las que nos hemos referido ampliamente en esta entrevista, recibir importantes inversiones en temas de acueducto, saneamiento y electricidad.
Y si usted lee lo que la Corte dijo, todas las inversiones en acueducto, electricidad y acceso a los servicios públicos no se verán afectadas por esta decisión.
Lo cierto es que la decisión de la Corte afecta solo a una mínima parte de los proyectos que fueron aprobados, porque estos proyectos tienen como objetivo reducir la pobreza y beneficiar a muchas personas que lo necesitan.
Sin embargo, se van a devolver cientos de millones de dólares porque este alto tribunal ha revocado su decisión de permitir que se transfiera ese dinero.
Eso es algo que debe confirmar con su equipo, porque cuando se lee lo que la Corte dijo es que todas las inversiones en acueducto, saneamiento, energía y acceso a la salud y la educación no van a ser devueltas porque la Corte cree que esos mecanismos le permitirán a esas comunidades tener recursos para llevar a cabo los objetivos que están escritos en la propia Constitución colombiana.
Una pregunta final: muchos colombianos piensan que esta es una elección que va a cambiar al país, porque usted representa a parte de la élite que ha gobernado Colombia durante dos siglos.
Petro, un exguerrillero y representante de la izquierda, no hace parte de esa élite y eso podría ser un cambio revolucionario en Colombia. ¿No cree que eso podía ser bueno para su país?
No represento a ninguna élite en absoluto. Vengo de una familia de ingresos medios. Mi padre fue la primera persona en su familia en ir la universidad. Y representé también a una generación que quería poner muchas cosas en su lugar y lo hemos hecho.
Por ejemplo, cuando se analizan los hechos, podemos ver un mayor crecimiento, hemos logrado reducir la pobreza multidimensional, reducir la informalidad laboral, hemos puesto en el país una agenda más verde y abierto el camino hacia una transición energética.
Hemos instalado una cuarta revolución industrial donde Colombia está capturando inversión extranjera directa de todo el mundo en temas de tecnología.
Y muchas de estas cosas las hicimos, las cumplimos, pero tuvimos que enfrentar una pandemia. Y aun con la pandemia, hemos dejado al país con una economía en crecimiento y con grandes perspectivas.
Fuente: BBC Mundo – Nota original: LINK