Márquez llegó a la zona de Llanos del Yarí, en Caquetá, en el sur de Colombia, para la X Conferencia de las FARC, que se espera sea la última del grupo guerrillero que ha protagonizado 52 años de conflicto en el país.
Las delegaciones negociadoras del gobierno de Colombia y las FARC, junto con los países garantes, firmaron en La Habana un histórico acuerdo final y definitivo de su proceso de paz y fin del conflicto entre ambas partes.
El anuncio marca un punto definitivo en los casi cuatro años de negociaciones y 52 años de conflicto. No se trata de la firma del acuerdo, sino del final de la negociaciones, un paso histórico para el país. A continuación sigue la refrendación del acuerdo por parte de los colombianos a través de un plebiscito que se llevará a cabo el domingo 2 de octubre. Los acuerdos solo entrarán en efecto si los colombianos votan mayoritariamente por el Sí.
La firma protocolaria del acuerdo será el próximo 26 de septiembre en Cartagena y a partir de ese día comienza un cronograma para el desarme y desmovilización que el Gobierno ha dicho que deberá hacerse en seis meses.
Sobre este tema, Márquez señaló que para cumplirlo hace falta que se apruebe una ley de amnistía e indulto, y dio a entender que podría tardarse más de lo esperado:
“Sí, el 26 está la firma, el acuerdo final pero usted sabe que hay un aspecto que debe precisarse y es precisamente el de la ley de amnistía e indulto. Sin ley de amnistía e indulto pues muy difícil que la guerrilla empieza el movimiento de sus efectivos hacia la zona de paz o hacia los puntos transitorios de normalización entonces queremos seguridades en este terreno y eso tiene que darse tal y como lo he venido señalando», dijo el líder guerrillero en entrevista con CNN en Español.
El grupo de dejación de armas está compuesto por el Gobierno, las FARC y grupo de observadores internacionales que tendrán presencia constante en las 23 zonas veredales y 8 puntos de normalización, según han anunciado los equipos negociadores.
Esas zonas de concentración fueron diseñadas para “hacer el tránsito de los guerrilleros a la legalidad” y en esos puntos las FARC adelantarán el proceso de dejación de las armas y se prepararán para el proceso de reintegración a la vida civil.
Son de dos tipos: zonas veredales transitorias de normalización (ZVTN) y puntos transitorios de normalización y se adelantará el proceso de dejación de las armas.
La diferencia entre los dos lugares será la cantidad de guerrilleros que albergue, el tamaño de la zona y su ubicación. Los puntos fueron concebidos para la llegada de los frentes que se encuentran en zonas remotas y serán pequeños campamentos. En las zonas habrá presencia de autoridades civiles no armadas. Además, mientras esté vigente el acuerdo habrá un grupo de 60 guerrilleros designados por las FARC que podrán movilizarse a través del país.
Para Márquez, las más de cinco décadas de conflicto, que dejaron cientos de miles de muertos en Colombia, no fueron en vano.
«Cincuenta y dos años de guerra, como ya lo hemos venido expresando, le están ofreciendo al pueblo una potencia y capacidad trasformadora, una fuerza para el cambio. Han generado consciencia y nosotros le estamos trasladando al pueblo esa fuerza, esa potencia que ha generado una lucha persistente durante tanto tiempo. Creo que el pueblo colombiano sabrá hacer buen uso de ella para luchar por las transformaciones en el campo político, económico, social, cultural que seguramente lo va a utilizar también para tener vida digna y para fortalecer el sentimiento de paz que debe extenderse por todo el territorio nacional».
El acuerdo establece que las FARC pasarán de las armas a las urnas consolidándose como una organización política. En Colombia hay antecedentes de una acción similar que terminaron con el asesinato de miles de líderes políticos y miles de militantes asociados al partido. En 1985, en el marco de un proceso de paz con el entonces presidente Belisario Betancur, nació la Unión Patriótica, una organización política conformada por frentes desmovilizados del ELN y las FARC. Dos candidatos presidenciales y al menos 3.500 militantes de la UP fueron asesinados. El fantasma de este exterminio es algo que aún inquieta a varios guerrilleros.
«Hay que tener cuidado», dice Márquez sobre este tema. «Estamos hablando con el Gobierno para minimizar todos estos riesgos. El Gobierno tiene el compromiso de realizar acciones para el desmonte real del fenómeno del paramilitarismo. No tengo temor, sé que es un riesgo, pero confiamos en que el pueblo de Colombia nos va a rodear con su afecto».
En el discurso de inauguración de la X Conferencia, Timochenko dijo que «en esta guerra no existen vencedores ni vencidos». Márquez reiteró su mensaje y dijo que el triunfo de la paz se extendía al continente.
«Aquí hay un solo ganador y ese ganador es Colombia. Ese ganador también por extensión podemos decir es Latinoamérica. La paz de Colombia es la paz del continente. Lo dijo un presidente sabio: Pepe Mujica del Uruguay. Entonces creemos nosotros que con la paz ganamos todos. Es que la paz es de todos los colombianos».
«La gente quiere la paz, prefiero decir eso, la anhela, es su sueño. Es algo que ha venido buscando durante tanto tiempo y la oportunidad es esta y creo que el pueblo colombiano tiene que aferrarse a esta esperanza para que tengamos un futuro; para que tengamos paz con dignidad», añadió el líder guerrillero.
El tema de los bienes de las FARC tanto en Colombia como en el exterior ha causado suspicacia y polémica en el marco de las negociaciones. El jefe del equipo negociador del Gobierno, Humberto de la Calle, ha asegurado que no se dejarán de buscar los bienes ilícitos de la guerrilla.
Márquez dice que en el exterior no hay cuentas de las FARC en paraísos fiscales.
«El presidente siempre ha dicho que tiene información de todas las agencias de inteligencia y también con la ayuda internacional y no se ha podido establecer que las FARC tengan dineros o masas de dinero en el exterior. Es imposible que eso ocurra porque hasta ahora la condición de insurgentes no permite que podamos hacer transacciones digamos económicas, ¿no?, de ese tipo».
El jefe guerrillero añadió que están dispuestos a hablar del tema con la verdad.
Sobre el tema de los frentes de las FARC que podrían no acogerse al acuerdo, Márquez desestimó la importancia de esa agrupación y dijo que no tendría incidencia en el acuerdo de la guerrilla con el Gobierno.
«Hemos recibido el respaldo total, el respaldo unánime de todos los bloques y frentes de las FARC. En cuanto al grupo que se denomina primer frente, que ya no es el primer frente, pues, es un grupo que está ya muy debilitado. La gran mayoría de sus integrantes pues han buscado a las FARC, por supuesto, ¿no? A las verdaderas FARC. Creo que no va a tener ninguna incidencia fuerte en la decisión que ha tomado colectivamente la organización», dijo desde Caquetá.