El Gobierno nipón apuntó hoy que defenderá en la cumbre económica del G7 de esta semana su derecho a intervenir en el mercado de divisas si considera que existen movimientos muy volátiles y "unilaterales", una visión que no complace a EEUU.

El Gobierno nipón apuntó hoy que defenderá en la cumbre económica del G7 de esta semana su derecho a intervenir en el mercado de divisas si considera que existen movimientos muy volátiles y «unilaterales», una visión que no complace a EEUU.

El viceprimer ministro y ministro de Finanzas, Taro Aso, afirmó hoy en una rueda de prensa que sus homólogos y los gobernadores de los bancos centrales del G7 tienen previsto debatir sus respectivas políticas en materia de divisas en la reunión de los próximos 20 y 21 de mayo en la ciudad japonesa de Sendai (noreste del país).

En ese sentido, Aso dijo que Tokio subrayara la importancia de que la «estabilidad» prime en el mercado de divisas.

También recordó que Japón considera que los últimos movimientos en el mercado de divisas han sido «unilaterales» y que ante esa tesitura el Gobierno está «listo para intervenir» si es necesario.

Tokio ha repetido esta postura insistentemente desde que a finales de marzo el yen registró una segunda tendencia alcista en lo que va de año frente el dólar que en apenas un mes llegó a encarecer la moneda japonesa un 7 por ciento frente al verde.

Desde el pasado enero, la divisa nipona ha incrementado en un 10 por ciento su valor frente a la moneda estadounidense, algo que perjudica enormemente el músculo exportador nipón.

Por su parte, el viceministro de Finanzas encargado de asuntos internacionales, Masatsugu Asakawa, dijo hoy en una entrevista concedida al diario Nikkei que Tokio sigue considerando la intervención como una herramienta legítima pese a la reciente decisión de Washington de incluirla en una «lista de vigilancia».

El pasado 29 de abril el Tesoro de EE.UU. hizo pública esta lista que incluye a Japón, China Corea del Sur, Taiwán y Alemania, países con amplios superávit comerciales cuyas prácticas en materia de divisas preocupan a Washington, que considera que estas políticas podrían afectar a la economía global y a la estadounidense.

El secretario del Tesoro, Jack Lew, defendió además que los movimientos del Forex se han mantenido «en orden» en los últimos meses, subrayando la postura de Estados Unidos, que lleva tiempo instando a estas economías a que dependan menos de sus exportaciones y más del mercado interno.