El primer ministro japonés, Shinzo Abe, instó hoy a Corea del Norte a cancelar el lanzamiento del satélite que este país ha comunicado a los organismos internacionales, y que es considerado por Tokio como un test de misil balístico de largo alcance.

Abe reaccionó así a la notificación realizada por las autoridades norcoreanas a la Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT) y a la Organización Marítima Internacional (OMI) sobre el próximo envío de un satélite de observación aérea, según informaron ambas en instituciones en la víspera.

«El lanzamiento sería una clara violación de las resoluciones de Naciones Unidas», afirmó el líder del Ejecutivo nipón en declaraciones recogidas por la agencia local Kyodo.

Por su parte, el ministro japonés de Exteriores, Fumio Kishida, afirmó que Japón «trabajará con otros países afectados para pedir (a Corea del Norte) que se abstenga del lanzamiento», en alusión a Estados Unidos y Corea del Sur, que también han expresado su inquietud por el anuncio de Pyongyang.

El régimen que lidera Kim Jong-un informó a la Organización Marítima Internacional (OMI), con sede en Londres, del lanzamiento de un «satélite» entre el 8 y el 25 de febrero, según confirmó a Efe el portavoz de esta institución Lee Adamson.

Tras tener constancia de este anuncio, Tokio decidió elevar su nivel de alerta ante lo que considera un «lanzamiento de facto de un misil balístico de largo alcance», señaló una fuente del Ejecutivo a Kyodo.

El Ministerio de Defensa decidió desplegar el pasado día 29 de enero su sistema antimisiles para prepararse ante la posibilidad de que Corea del Norte lanzara un misil de largo alcance que pudiera caer sobre territorio japonés.

«Hemos tomado todas las medidas necesarias para estar listos ante cualquier eventualidad», afirmó en este sentido el titular japonés de Defensa, Gen Nakatani.

Durante los últimos días se ha observado a través de imágenes de satélite una intensificación de la actividad en las instalaciones de lanzamiento de Dongchang-ri, al nordeste de la península coreana, por lo que se cree que el régimen prepara un nuevo ensayo de misil balístico de largo alcance.

El último lanzamiento de este tipo tuvo lugar en 2012, cuando Pyongyang logró poner en órbita un satélite con su cohete de largo alcance Unha-3, una acción que la comunidad internacional consideró como parte de su programa de desarrollo de misiles balísticos intercontinentales y que dio lugar a nuevas sanciones de la ONU.

En estos momentos el Consejo de Seguridad de ONU estudia imponer sanciones adicionales a Corea del Norte como respuesta a la cuarta prueba atómica llevaba a cabo por el régimen «juche» el pasado 6 de enero.