El presidente ucraniano Petro Poroshenko exhortó el jueves a presionar a Rusia en el quinto día de combates entre soldados ucranianos y rebeldes prorrusos en el este de Ucrania, mientras Vladimir Putin acusó a Kiev de haber planeado la reanudación de las hostilidades.

El Telégrafo

Los enfrentamientos de Avdiivka, los más violentos desde la tregua firmada en diciembre pasado, son también los primeros desde la investidura del nuevo presidente estadounidense Donald Trump, que propone un acercamiento con Rusia, país acusado por Kiev y la Unión Europea de apoyar militarmente a los separatistas rusos del este de Ucrania.

«Los soldados rusos disparan contra Avdiivka», denunció Poroshenko. «El mundo debe ser más activo en la presión sobre Rusia para obtener un alto el fuego», agregó el presidente ucraniano en una conversación con su homólogo eslovaco Andrej Kiska, según un comunicado de la presidencia ucraniana.

Vladimir Putin respondió por su parte, en una conferencia de prensa con su homólogo húngaro Viktor Orban en Budapest, acusando al ejército ucraniano de haber reanudado los enfrentamientos y de «haber avanzado 200 metros en el territorio controlado por las milicias», antes de ser frenado.

«Mediante este conflicto», las autoridades ucranianas buscan «establecer relaciones» con la administración Trump, declaró el presidente ruso. «Es mucho más fácil así para que la administración (estadounidense) esté al corriente de los problemas ucranianos», añadió. Los combates proseguían el jueves, con disparos de cohetes y obuses de mortero, en los que murió un civil.

Las autoridades separatistas anunciaron la muerte de uno de sus combatientes en los suburbios de Avdiivka y el ejército ucraniano, la de dos soldados, llevando a 23 el número de muertos desde la reanudación de la violencia. Avdiivka es una ciudad de 20.000 habitantes, que enfrenta una penuria de calefacción y agua corriente debido a los daños registrados en la central eléctrica de la ciudad.

Es un punto estratégico del conflicto en el este de Ucrania, que había sido conquistado por los separatistas prorrusos al inicio de los combates en abril de 2014.

Sin embargo, pocos meses después, el ejército ucraniano retomó la ciudad y desde entonces conserva un importante contingente militar.

La ciudad se encuentra a menos de 10 km del bastión rebelde de Donetsk y es un cruce de carreteras importante para el abastecimiento de los rebeldes. Este mismo jueves, Poroshenko indicó en una entrevista a diarios regionales de Alemania la intención de organizar un referéndum de adhesión de Ucrania a la OTAN.

«Como presidente, estoy guiado por la opinión de mi pueblo y haré un referéndum sobre la cuestión de la adhesión a la OTAN», declaró Poroshenko. «Lo que cuenta para mí, es la opinión de la población ucraniana», agregó. «Hace cuatro años, 16% (de la gente) estaba a favor de la adhesión de Ucrania a la OTAN.

Hoy son 54%», afirmó el mandatario, que ya había dicho anteriormente que quería consultar a los ucranianos sobre este tema. La cuestión de la responsabilidad inicial de la ruptura de la tregua no está clara puesto que los dos bandos, soldados ucranianos y rebeldes prorrusos, se acusan mutuamente.

Pero la ciudad de Avdiivka, en la línea de frente, está bajo control del ejército ucraniano, y los soldados ucranianos informaron a la AFP que se vieron sorprendidos por los ataques durante el fin de semana por los separatistas.

La diplomacia ucraniana desmintió el jueves las acusaciones de Moscú según las cuales Kiev quería llamar la atención internacional con el conflicto, tachando las acusaciones de «absurdas y completamente falsas».

El miércoles, el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, hizo por su parte un llamado a Moscú para utilizar su «considerable influencia sobre los rebeldes» prorrusos para poner fin a la violencia.