Un día después de que Trump despidiera al director del FBI, James Comey, en medio de una investigación sobre los posibles lazos de la campaña de Trump con Moscú, la agencia estatal de noticias rusa, TASS, publicó las fotos de la reunión de este miércoles.
La Casa Blanca no publicó fotos del encuentro, aunque un fotógrafo oficial también estaba en la sala, según la Presidencia. El Departamento de Estado publicó fotos de la reunión de Lavrov con el secretario de Estado, Rex Tillerson, pero ese fue un evento abierto a la prensa.
«Nos engañaron», dijo un funcionario enojado de la Casa Blanca.
«Ese es el problema con los rusos – ellos mienten», agregó.
Los rusos usaron las fotos para provocar a la Casa Blanca en sus publicaciones de redes sociales este miércoles. El Ministerio de Relaciones Exteriores de Rusia publicó una foto de un sonriente presidente estadounidense estrechando la mano a Lavrov en Twitter, agregando un extraño e irónico giro a las preguntas que ya se arremolinaban alrededor de la Casa Blanca sobre el despido de Comey.
Además de publicar el retrato Lavrov-Trump, el Ministerio de Asuntos Exteriores también publicó un video de Lavrov bromeando sobre el despido de Comey. Cuando un periodista le pregunta si en la reunión el tema iba a ser el despido de Comey, Lavrov contesta con ironía: «¿Fue despedido? ¡Estás bromeando!».
En respuesta a la queja del funcionario de la Casa Blanca de que fueron engañados, la exconsejera de seguridad del gobierno de Obama, Susan Rice, dijo en Twitter: «¿En serio?».
La Casa Blanca bloqueó a los reporteros estadounidenses de fotografiar la reunión, optando por permitir que sólo la Casa Blanca y los fotógrafos rusos captaran las imágenes de las interacciones de Trump con Lavrov. El funcionario de la Casa Blanca insistió en que es una práctica habitual mantener un mayor control sobre las reuniones presidenciales con funcionarios extranjeros de nivel inferior, en contraposición a las visitas de los jefes de Estado, que normalmente vienen con mayor cobertura de prensa.
El funcionario también rechazó a los críticos que han cuestionado si Trump debería haberse reunido en la Oficina Oval con el embajador ruso en Estados Unidos, Sergey Kislyak, cuyas interacciones con los funcionarios de la campaña de Trump han estado bajo escrutinio de investigadores federales y del Congreso.
«Es ridículo decir que un embajador no puede reunirse con el presidente como parte de una visita de un ministro de Relaciones Exteriores, es una práctica estándar», dijo el funcionario.
En cuanto al momento de la reunión de Lavrov, se programó con bastante antelación a la despedida de Comey. El presidente de Rusia, Vladimir Putin, le pidió a Trump durante una conversación telefónica que se reuniera con Lavrov, dijo el funcionario.
El funcionario también rechazó las preocupaciones de seguridad por permitir que funcionarios rusos entraran en la Oficina Oval, incluyendo a Kislyak, que es ampliamente considerado como un espía por los oficiales de inteligencia estadounidenses.
«¿Qué se supone que hagamos?» -preguntó el funcionario. «¿Que no nos reunamos con los rusos?».