Las operaciones de evacuación afectan a 1,7 millones de personas en Carolina del Sur, Carolina del Norte y en Virginia, los estados más amenazados por la tormenta que se desplaza a 28 km/h con dirección oeste noroeste y que debería alcanzar las costas estadounidenses a última hora del jueves, según las previsiones del Centro Nacional de Huracanes (NHC). «No hemos tenido una tormenta de esta magnitud desde la década de 1950», dijo Jim Wenning un habitante de Wrightsville Beach, en Carolina del Norte, que taladro en mano protegía las ventanas de un edificio.
A las 09:00 GMT, Florence -huracán categoría 4 en la escala de 5 de Saffir Simpson- registraba vientos sostenidos de 215 km/h, indicó el Centro Nacional de Huracanes (NHC). El meteoro se ubicaba 925 km al sureste de Cape Fear, en Carolina del Norte, y el NHC dijo que se espera que toque tierra en las Carolinas a última hora del jueves o en la madrugada del viernes. La Agencia Federal para el Manejo de Emergencias (FEMA) dijo que había mucho tráfico en algunas de las rutas de evacuación y el ejército anunció que se preparaba para asistir a las autoridades.
El gobernador de Carolina del Norte, Roy Cooper, urgió «salir ahora» a los habitantes de las zonas a evacuar. «Esta es una tormenta de la cual la gente tiene que escapar», dijo Cooper. «Esta es una tormenta histórica, algo que pasa quizás una vez en la vida», precisó. Entre agosto y septiembre de 2017, tres potentes huracanes, Harvey, Irma y María, causaron la muerte de miles de personas y dejaron daños por miles de millones de dólares en el Caribe y el sureste de Estados Unidos.