Así relata una niña de 9 años, Ana, el impacto de la crisis económica en su vida. Testimonios como este fueron recogidos por la Cruz Roja Española entre más de 5.000 niños y niñas de 8 a 14 años que participan en el programa de Promoción del Éxito Escolar de la organización.
Las cifras que arroja el informe sobre la Vulnerabilidad Social de la Infancia son alarmantes: el 48% de los niños dijo que pasa frío en su casa en invierno, 1 de cada 10 dijo que no realiza alguna de las tres comidas diarias, la mitad dijo que no tiene dinero para vivir bien, un 40% que no puede ir al dentista.
«Siempre cenamos lo mismo. Yo cuando llego del cole siempre como lo mismo. Mi madre no tiene tiempo y falta dinero, así que hace lo que pilla», dijo Samuel, de 14 años.
Para todos estos niños, la crisis económica supuso un antes y un después en sus vidas. «Antes tenía mi propia habitación, pero ahora vivimos con mis primos. Somos siete y dormimos en la misma habitación. Los más pequeños duermen con mis padres», dijo Linet, de 10 años.
El informe destaca que la crisis representa una realidad de privaciones y desigualdad para los niños, que se refleja también en el desempeño escolar y en situaciones de discriminación: el 31,5% de los niños encuestados no están en el curso que les corresponde, el 16% de los adolescentes afirma sufrir o haber sufrido acoso escolar y el 26% se siente solo, aislado o incomunicado.
Pero a pesar de toda esta situación, y según el informe, los niños encuestados muestran un estado emocional positivo, «relacionado con el optimismo vital propio de su edad». El 89% afirma ser feliz, más del 90% tiene una opinión buena o muy buena respecto a sus vidas y el 85% afirma estar satisfecho con el cariño que reciben.
Pero la organización alerta: «la transmisión intergeneracional de la pobreza puede aumentar las situaciones de desigualdad en su futuro como personas adultas».