En una extraordinaria noche de drama político, el presidente despidió a la secretaria de Justicia Sally Yates por carta después de que ella dio instrucciones al Departamento de Justicia para no defender el decreto inmigratorio de Trump, que prohíbe a los viajeros procedentes de siete naciones de mayoría musulmana entrar a Estados Unidos durante 90 días y suspende temporalmente la llegada de refugiados.
Yates era un remanente de la administración de Obama, que estaría en el cargo hasta que el Senado confirme a Jeff Sessions como el próximo secretario de Justicia.
El dramático movimiento se produjo poco después de que CNN informó que Yates dijo a los abogados del Departamento de Justicia no hacer argumentos legales para defender el decreto de Trump sobre inmigración y los refugiados.
«(Yates) ha traicionado al Departamento de Justicia», dijo la Casa Blanca en un comunicado.
Dana Boente, el designado para suceder a Yates como el secretario de Justicia interino, anuló la directriz de Yates y dio instrucciones al Departamento de Justicia de «defender las órdenes legítimas de nuestro presidente».
Los demócratas reaccionaron con indignación a los acontecimientos de la noche, advirtiendo que el movimiento pone en entredicho la independencia del Departamento de Justicia en el gobierno de Trump.
«Trump ha iniciado una línea de conducta nixoniana en su diseño y ejecución y amenaza la tradicional independencia del Departamento de Justicia», tuiteó el representante demócrata por Michigan John Conyers. «Si los funcionarios dedicados consideren sus directivas son ilegales y anticonstitucionales, él simplemente los despide como si el gobierno fuera un reality show«.
Pero exrival de Trump en las primarias republicanas, el senador Ted Cruz, saltó a la defensa del presidente.
«Después de ocho largos años sin ley en un Departamento de Justicia de Obama, es propio -y triste- que el último acto es que el fiscal general interino desafíe al presidente recién elegido, se niegue a cumplir la ley, y fuerce al presidente a despedirla», dijo Cruz en un comunicado.
Yates fue despedida cuando el gobierno de Trump se enfrenta a duras críticas por las medidas de inmigración decretadas por el presidente, incluyendo algunas de republicanos del Congreso.
Cuestiones sobre cómo funciona la Casa Blanca
El decreto de Trump ha desencadenado una de las controversias morales y constitucionales más importantes de los últimos tiempos. Pero en un nivel más básico, está planteando algunos cuestionamientos sobre cómo funcionará la Casa Blanca de Trump.
El lunes por la noche, los funcionarios del Departamento de Seguridad Nacional siguieron perdiendo horas en conversaciones con la Casa Blanca. Una fuente relató haber recibido aclaraciones sólo para ser recibir otra llamada minutos después para decirle que no eran correctas. La fuente dijo que páginas y páginas de preguntas con respecto a la interpretación de las prohibiciones de viaje todavía estaban siendo enviados a la Casa Blanca desde el Departamento.
«El desastre de relaciones públicas y el fracaso para hacer circular este plan entre los líderes en el Congreso o nuestros aliados fue un error costoso y anula cualquier política legítima detrás del decreto», dijo Howard Schweitzer, un exfuncionario de alto rango en las administraciones republicanas y demócratas.
Los nuevos gobiernos siempre tienen problemas iniciales, incluso cuando el personal ya tiene experiencia en el Ala Oeste. El desastroso debut de la página web de Obamacare en 2013 sirvió para que los republicanos reclamaran que la ley fue una chapuza realizada por una administración incompetente.
Y no hay duda de que Trump está haciendo exactamente lo que los votantes que lo recompensaron con 306 votos electorales lo enviaron a hacer a Washington.
Hay un fuerte sentimiento en muchas partes del país de que el gobierno de Estados Unidos ha sido demasiado laxo en la investigación de antecedentes de los visitantes musulmanes a EE.UU. por un sentido de corrección política.
Confusión administrativa
La sensación de confusión administrativa en el gobierno también socava las afirmaciones de la Casa Blanca de que todo marcha muy bien. Minutos antes de que Trump firmara la orden en la Oficina Oval el viernes, su asesora Kellyanne Conway dijo a la prensa que la medida inmigratoria no se emitiría ese día. Y en las primeras horas después de su lanzamiento, la Casa Blanca se esforzó por explicar exactamente qué significaba y en qué naciones tendría un impacto.
Mientras tanto, parece que las instrucciones de cómo hacer cumplir las nuevas normas no llegaron a los funcionarios en la primera línea -en los aeropuertos de Estados Unidos- provocando retrasos y confusión.
«A nivel de operador, hubo una confusión y que necesitaba ser aclarada y quizá aún necesite ser aclarada», dijo James Norton, secretario adjunto para Asuntos Legislativos del Departamento de Seguridad Nacional durante la administración Bush.
Las fronteras de Estados Unidos son vigiladas por distintas agencias de aduanas, inmigración y ciudadanía y no todos tenían claro en qué consisten las nuevas reglas.
Eso podría explicar la incertidumbre sobre las posibles afectaciones a los titulares de la tarjeta verde.
Aliados de Estados Unidos estaban también desconcertados con las implicaciones de la sentencia. Gran Bretaña dijo que los británicos con doble nacionalidad no serían impedidos de entrar a EE.UU. Alemania no lo tenía tan claro.
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