Un balde de agua fría. La emisión del informe elaborado por la Unidad de Investigación de Univisión, difundido el domingo en la noche en la televisión nacional de Perú, originó uno de los momentos más críticos para Keiko Fujimori, candidata a la presidencia del país, a tres semanas de que se cumpla la segunda vuelta electoral. Gerardo Reyes, periodista colombiano a cargo de la investigación, propone, dentro del informe televisivo, una serie de datos que muestran cómo la Administración para el Control de Drogas (DEA, por sus siglas en inglés) se encuentra encausada en una investigación “delicada” alrededor del congresista Joaquín Ramírez, secretario general de Fuerza Popular, el partido de Fujimori, y uno de los principales aportantes de la campaña electoral.
El testimonio del piloto comercial Jesús F. Vásquez, incluido en este informe, da cuenta de una confesión personal de Ramírez en 2013. “Él (Ramírez) de repente estamos conversando y me dijo: ‘¿Tú sabes que la china (Keiko) me dio $ 15 millones en la campaña anterior para lavarlos, para la campaña de 2011 de las elecciones, y yo los lavé a través de una cadena de grifos, de estaciones de combustible?’”. Vásquez añadió: “entonces como para verificar, le digo: ‘¿La china Keiko Fujimori te dio $ 15 millones para que los laves?’. ‘Sí’ -dijo- ‘me los dio’. Todo eso se estaba grabando”.
La grabación que, de acuerdo con la denuncia televisiva, estaría actualmente en manos de la DEA, serviría de pieza clave en la ampliación de responsabilidades en el delito de lavado de dinero, alcanzando, posiblemente, a la propia Keiko Fujimori. Pero la sola emisión de este reportaje anticipó, de algún modo, el efecto devastador que un evento así tendría en la vida política de la hija del exdictador Alberto Fujimori. Nada más difundido el testimonio de Jesús F. Vásquez, la noche del domingo pasado, a través del programa limeño Panorama, Keiko llamó, directamente y en señal en vivo, a los presentadores del programa para rechazar, de forma categórica, la entrega de $ 15 millones a Ramírez. Con la voz desbordada acusó a su rival, Pedro Pablo Kuczynski (PPK), de ser quien ha orquestado una ‘campaña sucia’ a tres semanas de las elecciones, y garantizó que nadie la hundirá con “acusaciones falsas”, antes de cerrar el teléfono sin dar oportunidad de que se le haga alguna pregunta. Minutos después, con más calma y ante la sorpresa de los presentadores, volvió a llamar para mencionar que la comunicación se había cortado.
Las portadas de los diarios La República o El Comercio, principales medios de comunicación del país, retrataron, la mañana de este lunes y martes, la denuncia como un acto de extrema gravedad para la campaña de Keiko Fujimori, pues Ramírez, el principal implicado en la investigación, es su mano derecha en la búsqueda del poder presidencial. De acuerdo con la Procuraduría de Lavado de Activos, organismo nacional que ya investigó hace años a Ramírez, este presenta una serie de adquisiciones comerciales (inmuebles, vehículos, equipos de fútbol, gasolineras) escasamente justificadas y generadoras de un comportamiento económico inusual de parte del actual secretario general del fujimorismo, quien ha repetido, en más de una ocasión, que su fortuna se originó a partir de su trabajo como cobrador de pasajes en combi (medio de transporte informal en Lima). A pesar de estas investigaciones, Keiko Fujimori ha demostrado un respaldo irrestricto a Ramírez, encargándose de que su participación en la campaña electoral sea cada vez más importante. Y parecería que eso no va a cambiar.
Posteriormente a la denuncia televisiva, y a pesar de las voces que indican que el Congreso de Perú abriría un expediente de fiscalización para aclarar este caso, el comité principal de Fuerza Popular comunicó que Ramírez no será separado del partido, ni será revocado de su cargo de secretario general.