¿Podría el éxito de un partido de extrema derecha en las elecciones locales de Alemania ser un presagio?
Las elecciones del domingo fueron vistas por muchos como un referéndum sobre la política inmigratoria de la canciller Angela Merkel, y su partido sufrió una derrota significativa en su propio terreno.
Alternativa para Alemania (AFD) derrotó a la Unión Demócrata Cristiana (CDU) de Merkel en las elecciones locales en el estado de Mecklenburg-Vorpommern este fin de semana, quedando en segundo lugar por detrás del Partido Socialdemócrata.
Mecklenburg-Vorpommern es el estado natal de Merkel.
Expertos dicen que el resultado no implica un desastre inminente para Merkel en las elecciones del próximo año si opta por presentarse -la AFD probablemente tendría problemas para formar una coalición con los partidos políticos más tradicionales-, pero sí señala algunas preocupaciones para la canciller.
«Lo que ella tiene en este momento es un insurgente, surgiendo del partido de la derecha, la Alternativa para Alemania, que ha demostrado que pueden tener éxito incluso en su propio terreno», dijo Ryan Heath, corresponsal en la Unión Europea de Político.
Merkel no puede limitarse a decir que la AFD no tiene importancia como fuerza nacional, dijo Heath.
«Están en más de la mitad de los parlamentos de los estados».
Referéndum sobre los refugiados
La posición de Merkel en la apertura de las fronteras a los refugiados puede haber dañado a su partido.
Peter Tauber, secretario general de la CDU, atribuyó de inmediato lo que llamó un «amargo resultado, una nueva experiencia» a esa política.
Estos son los peores resultados para el partido de Merkel en su estado natal.
La canciller se comprometió a reforzar la seguridad y mejorar las medidas contra el terrorismo, pero se mantuvo firme en su posición de aceptar a casi todos los refugiados que solicitaron asilo. Alemania aceptó a más de 1 millón de refugiados en 2015.
«Decidimos cumplir con nuestras tareas humanitarias», dijo a los reporteros en una conferencia de prensa, según un traductor. «Negar el apoyo humanitario es algo que no quisiera hacer y no lo recomendaría para Alemania».
Merkel, que se encuentra en China en la cumbre del G-20, hará una declaración el lunes, cuando se anuncien los resultados oficiales.
Ascenso de la extrema derecha
Heath señaló que la creciente fuerza de la populista y antiinmigrante AFD es el reflejo de lo que ocurre con partidos similares en Francia, Polonia y Hungría, así como el voto del Brexit en Reino Unido y el ascenso de Donald Trump como el candidato republicano a la presidencia de Estados Unidos.
La AFD es aliada del Partido de la Libertad en la vecina Austria, cuyo candidato Norbert Hofer estuvo a punto de ganar la elección nacional a principios de este año. Su líder, Frauke Petry, dijo a The Guardian en junio que era natural para su partido tener relaciones con su homólogo austríaco u otros partidos similares, tales como Verdaderos Finlandeses o el Partido Popular Danés.
Hace poco más de un mes, después de una serie de ataques terroristas en Alemania, Merkel se negó a dar marcha atrás en su política de inmigración, que ha denominado una responsabilidad moral, sobre con las personas que huyen del horror de la guerra civil en Siria.
Petry ha afirmado que el partido no está en contra de los «refugiados reales», sino en contra de los inmigrantes.
«Hay suficiente espacio para los refugiados en Alemania, pero el problema es que no se distingue entre inmigrantes y solicitantes de asilo», dijo a The Guardian.
La AFD ha sido llamado el brazo político del grupo alemán Patriotas Europeos contra la Islamización de Occidente. El grupo, conocido como PEGIDA, organizó una manifestación contra la inmigración hace un par de años que atrajo a miles de personas. También tiene adherentes en los países vecinos.
La AFD, sin embargo, ha sido capaz de ampliar su alcance a los alemanes que pudieron sentirse ofendidos por las manifestaciones de PEGIDA. Petry ha señalado que su partido tiene una posición sobre cuestiones como la mejora de la televisión pública y la búsqueda de un mejor equilibrio entre el Estado y el individuo.
Esto podría representar una madurez en la que más alemanes podrían encontrar atractivos, dijo Heath.