Dos días después del desastre, los distritos de Regla, Guanabacoa, San Miguel del Padrón, Diez de Octubre y Habana del Este todavía muestran señales del paso de las ráfagas de viento de hasta 300 kilómetros por hora y en muchos lugares aún quedan coches volteados, postes y techos arrastrados hasta las calles por el vendaval.
Cientos de estudiantes universitarios y soldados de las Fuerzas Armadas ayudan a los damnificados a limpiar vías y viviendas en los cinco municipios habaneros, donde se han contabilizado 1.238 casas afectadas, de ellas 347 con derrumbes totales de paredes y techos, según estadísticas oficiales.
La pérdida de estas edificaciones, la mayoría en buen estado, agudiza la delicada situación de la vivienda en Cuba, donde existe un déficit de casi 1 millón de hogares.
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Diez de Octubre, una de las áreas más golpeadas por el tornado, está entre los municipios más poblados de La Habana, que a su vez es la región con mayor densidad de población en la isla (11,1 millones de habitantes).
Los daños en las comunidades más afectadas de la capital cubana «semejan a los de una zona bombardeada«, dijo al diario estatal Granma el general Álvaro López Miera, jefe del Estado Mayor del Ejército cubano.
«Vamos a tratar de trabajar en las viviendas (afectadas) para recuperarlas lo más rápido posible«, dijo en una reunión del Consejo de Ministros el presidente cubano Miguel Díaz-Canel, quien pidió agilizar la entrega de materiales de construcción a los damnificados.
De acuerdo a los últimos datos oficiales disponibles, quedan aún más de 200.000 habaneros sin electricidad, del casi medio millón reportados ayer lunes.
Más de 90 brigadas de electricistas trabajan para restablecer el servicio con la ayuda de más de 30 equipos de otras provincias del país.
El Gobierno de La Habana ha dispuesto también la distribución de agua potable en camiones cisterna a quienes que hayan perdido sus casas o viven en las zonas donde aún se trabaja por restablecer las tuberías dañadas.
Las clases se reanudaron hoy en toda la capital, incluidos los estudiantes de las 46 escuelas dañadas, reasignados a otros centros educativos.
«Debemos intensificar la atención, que en cada lugar haya un grupo de funcionarios para responder a la población. (…) La gente va a estar muy sensible, cualquier cosa que alguien piense que se atiende mal o sin la premura necesaria, (que los funcionarios) estén ahí para explicar«, insistió Díaz-Canel en la televisión estatal cubana.
El inesperado tornado golpeó el este de la ciudad durante 16 minutos en la noche del pasado domingo 27 de enero, con ráfagas de viento de hasta 300 kilómetros por hora y un nivel F4 -daños devastadores- en la escala de Fujita (máximo de 6).
Hasta el momento se contabilizan cuatro fallecidos y 195 heridos, una docena de ellos graves.
Horas después de los primeros reportes del suceso, las iniciativas de cubanos residentes en la isla y expatriados comenzaron a llenar las redes sociales en Internet con campañas de recaudación de fondos y llamados a donar ropa, calzados y alimentos imperecederos para los damnificados.
En Cuba, donde hace más de un mes se activó el Internet móvil con tecnología 3G, los internautas volcaron en Twitter y Facebook sus alabanzas y críticas acerca de cómo el Gobierno ha manejado el desastre.
Mientras algunos usuarios elogian la «pronta respuesta» de la administración de Díaz-Canel, quien recorrió las zonas afectadas poco después del tornado, otros criticaron duramente la decisión de celebrar el lunes, como estaba previsto, una masiva marcha en homenaje al héroe nacional José Martí.
Muchos piden que el Estado cubano levante o disminuya los impuestos a la ayuda que pueda llegar a través de la Aduana, y se quejan de las trabas excesivas que se imponen a los donativos enviados desde el exterior.
Fuente: EFE, aliado estratégico de FM Mundo