Al menos tres personas de avanzada edad fallecieron debido a los incendios, que han destruido 37 viviendas y un hotel. Otras dos personas han resultado gravemente heridas.
Avivado por fuertes e impredecibles vientos y en medio de un clima inusualmente cálido y seco, los incendios han dejado escenas apocalípticas, vuelos interrumpidos y miles de residentes temiendo por sus hogares.
Dos hospitales y dos residencias de ancianos fueron evacuadas, y sus 950 ocupantes fueron alojados en cuarteles del ejército y en escuelas alrededor de la isla.
Decenas de bomberos de refuerzo fueron llevados desde Lisboa y las Azores, otra región autónoma de Portugal, para combatir el incendio.
Un hombre se encuentra detenido bajo sospecha de provocar tres incendios en la zona de São Roque, un barrio del norte de Funchal, y otros tres fueron arrestados por intentar provocar incendios adicionales.
Madeira es un popular destino turístico a más de 800 kilómetros al suroeste de Portugal continental.
En la parte continental, más de 3.200 bomberos están luchando actualmente en más de 100 incendios que han hecho estragos en medio del árido calor del verano, de acuerdo con la Autoridad Nacional de Protección Civil portuguesa.