Al menos dos de tres jueces del Tribunal de apelación de Porto Alegre votaron a favor de mantener la condena emitida contra Lula en primera instancia en julio de 2017. No estaba claro aún si la pena de cárcel sería aumentada de nueve años y medio a 12 años y un mes, como pidió el primer juez de la causa.
El juicio continuaba para que vote el último magistrado. Lula, favorito en todos los sondeos para las elecciones de octubre, no será detenido sin embargo hasta que su defensa agote todos los recursos de apelación, un proceso que puede durar varios meses.
La confirmación de la condena emitida en el marco de la megacausa ‘Lava Jato’ (‘Lavado de autos’) podría inhabilitar a Lula como candidato presidencial en virtud de la ley de ‘Ficha Limpa’ (‘Expediente Limpio’), aunque no estaba inicialmente claro cuándo se aplicará esa ley. Los abogados de Lula han anunciado que también apelarán contra la medida.
La decisión definitiva la tomaría un Tribunal electoral. Decenas de miles de seguidores del expresidente se congregaron en Porto Alegre, sede del Tribunal de apelación, para protestar contra el juicio. Las calles aledañas a la Corte contaban con un enorme despliegue de seguridad para evitar posibles disturbios. En la ciudad también hubo protestas contra Lula.
En Río de Janeiro también se registraron marchas de críticos del expresidente. Lula, al frente de una exitosa gestión entre 2003 y 2010, está acusado de corrupción en siete casos vinculados con ‘Lava Jato’.
En el proceso más avanzado, el juez estrella de «Lava Jato», Sérgio Moro, lo condenó en julio de 2017 primera instancia a nueve años y medio de cárcel por haber aceptado la reforma de un apartamento que tenía previsto comprar en la costa de Sao Paulo, a cambio de favorecer a la constructora OAS en sus negocios con la petrolera estatal Petrobras. El caso de Lula polariza a todo Brasil desde hace meses. Un 36% de los electores quieren verlo otra vez en el palacio presidencial, mientras que un 38% lo rechazan.
Fuente: El Comercio