Parecía una premonición. 15 días antes de morir, el mecánico de profesión Raúl Castillo, de 47 años, le dijo a su esposa que si él fallecía, done sus órganos, esa sería su última voluntad. Y así fue. El espíritu solidario de Raúl permitió salvar varias vidas.

La Ley Orgánica de Donación y Trasplantes de Órganos, Tejidos y Células en el Ecuador, aprobada por la Asamblea Nacional, entró en vigencia el 4 de marzo de 2011.

Rubén Chiriboga, director del Instituto Nacional de Donación y Trasplantes de Órganos, Tejidos y Células (Indot), asegura que esta Ley consagra el principio de equidad y busca encaminar a la donación de órganos como un acto natural y cotidiano, ya que es un problema de salud que afecta a miles de personas.

La legislación determina que todos los ecuatorianos somos donantes, a menos que decidamos no serlo.

Otro de los logros de esta Ley es la ‘Lista de Espera’, que permite saber cuántas personas necesitan un trasplante en el país. “Antes no había esto. Hoy tenemos una lista de unidades de salud acreditadas, con profesionales, valores, equipamiento, medicina, que nos permite garantizar los trasplantes”, explica Chiriboga.

Asimismo, menciona el galeno, una persona que quiere ser beneficiada, primero tiene que ser valorada por un médico especialista, quien determina la necesidad o no del trasplante.

Con una inversión de 50 millones de dólares desde el 2011, hasta marzo este año, 1.409 personas en el Ecuador fueron beneficiadas con esta Ley.

Pero esta realidad supera las cifras. Nancy Cando, de 25 años, beneficiada con un trasplante, vivió el calvario de vivir sin un riñón. Cuando quedó embarazada sufrió una preeclampsia que le provocó insuficiencia renal.

“Esto me hizo perder los primeros años de vida de mi hijo, pasaba los días atada a una máquina; las diálisis me agotaban, me deprimía, incluso me resigné a morir. Hoy, dos años después del trasplante puedo decir que volví a nacer. Mi donante, que hoy está en el cielo, prolongó su vida en mí”, confiesa con emoción.

En la actualidad, Nancy, junto a otras personas beneficiadas, conforma el grupo folclórico “Luz de Esperanza”, nombre que refleja el valor de tener en el país una Ley de donación y trasplantes de órganos.