«Habrá que reubicar los pilares democráticos y construir una base política estable y confiable para generar confianza», declaró Jucá, uno de los hombres más cercanos a Temer, en una rueda de prensa con corresponsales extranjeros.
El proceso contra Rousseff ha llegado a su fase definitiva y está en manos de una comisión del Senado, que si vota por la apertura de un juicio político le pasará la palabra al pleno de esa cámara, que alrededor del 10 de mayo tomaría la decisión definitiva.
Si el pleno respalda el juicio político, Rousseff será separada del cargo durante los 180 días que puede durar el proceso y sería sustituida durante ese período por Temer, quien completaría el mandato que vence el 1 de enero de 2019 en caso de una destitución.
Jucá admitió que Temer está en un acelerado proceso de consultas para la conformación de un eventual Gobierno, aunque aclaró que el vicepresidente no hará ningún tipo de anuncio antes de que el Senado se pronuncie, por una cuestión de «respeto» al orden legal.
«Temer está escuchando personas y formando una opinión, pero no está paralizado», porque «es posible» que a mediados de mayo deba asumir la Presidencia, indicó el senador.
En el plano económico, Jucá dijo que será «fundamental revertir el déficit fiscal» acumulado en los últimos años y admitió que será necesario elevar impuestos, aunque no en una primera etapa, ya que «sería un error aumentar tributos en momentos de recesión».
También aseguró que un eventual Gobierno de Temer recortará el gasto publico y discutirá una reforma del sistema de jubilaciones y pensiones, que está al borde de la bancarrota.
No obstante, garantizó que todo eso será hecho sin afectar los programas sociales que mantiene el Gobierno de Rousseff, pues lo que se propondría Temer es «favorecer a la sociedad» y no «hacerla pagar por la pésima gestión» de la actual mandataria, con la que el PMDB rompió hace poco más de un mes.
Jucá citó como ejemplo al presidente argentino Mauricio Macri, de quien admitió que ha adoptado «medidas duras pero inevitables», pero valoró que ha «cambiado el clima y el humor» de la economía de su país, que «tiene hasta menos posibilidades» que Brasil.
Según Jucá, «Brasil es un país de oportunidades, pero que está nadando contra la corriente», con lo que si es «bien orientado» será otra vez uno de los destinos preferidos de la inversión extranjera.
En ese marco, aseguró que una eventual gestión de Temer buscará «recuperar Petrobras», estatal afectada por la situación del mercado petrolero y la corrupción, «avanzar en nuevas concesiones» en el área de infraestructuras y generar el clima apropiado para negocios.
No obstante, aseguró que «no habrá magia» y que el proceso de «reconstrucción nacional» que pudiera encabezar Temer «no se dará en tres o seis meses».