Los ciudadanos dejaron sus casas y se instalaron en carpas luego de los 2 movimientos telúricos del pasado miércoles. El MSP indicó que todas las unidades de salud están habilitadas.

Cerca de 1.100 personas habitan en Mompiche, de ellas, al menos, la mitad prefirió refugiarse en partes altas por temor de que nuevas réplicas destruyan las viviendas o provoquen un tsunami. El Inocar ya descartó la posibilidad de un evento como éste.

Con el terremoto de 7.8 grados de hace más de un mes, los ciudadanos optaron por salir de Mompiche, pero tras las dos fuertes réplicas de 6.8 grados, ocurridas el miércoles pasado, se incrementó la salida de habitantes. Por ello, es común ver que la misma población ha instalado carpas rústicas. Han buscado modos para levantarlas y “tener un lugar seguro donde pernoctar”, comentó el pescador Polito Loor. Él y otras personas admiten que habitan en una de las invasiones que años atrás fueron manglares.

La tala de esa vegetación, según el ministro del Ambiente, Daniel Ortega, hace más sensible esta zona costera. En este sector las viviendas construidas de madera con cada movimiento telúrico se hunden más y el agua aflora, porque están cerca de la superficie y las hace totalmente inseguras. Polito es parte de las más de 500 personas que abandonaron y continúan saliendo de este rincón esmeraldeño, donde el turismo intentaba reanudarse este feriado, pero que por las dos réplicas del miércoles pasado lo ven poco probable. “Desde la semana pasada ya había algo de movimiento de turistas en las playas y pensamos que con el feriado que se acerca (próxima semana) las cosas mejorarían.

El temor de estar cerca a las playas volvió a los ecuatorianos y a los extranjeros”, indica Jordan, dueño de un cibercafé contiguo al parque central de Mompiche, sector que en las noches se ha convertido en una especie de ‘pueblo fantasma’. La mayoría de familias se llevó colchones, hojas de zinc, caña guadua y palos para levantar un albergue provisional para pasar el día y la noche. “Nosotros ya habíamos venido acá desde el terremoto del pasado 16 de abril y esta semana estábamos comenzando a bajar, cuando hubo nuevamente las réplicas colapsó la casa de mi madre, donde todos los hijos y hermanos vivíamos”, cuenta Fernanda Góngora.

Ella y sus familiares viven en una carpa que la instalaron en la parte alta del sector La Mina, situado a 5 minutos de Mompiche. “Somos más de 40 personas las que estamos aquí y lo único que queremos es que nos donen carpas adecuadas, porque lo que tenemos es solo para pasar la noche”, destaca asustada Góngora, de 30 años. “Lo que más nos preocupa son los niños, porque ellos son la mayoría de nuestra población y los más vulnerables en estos casos.

Ahora mismo están con afecciones gripales porque amanecimos bajo lloviznas y sin cobijas porque salimos, en la madrugada del miércoles, con lo que teníamos puesto”, señala Marjorie Cagua. Metros más adelante está el albergue El Firme. Allí, a los dos lados de la vía, se observan carpas elaboradas con plástico y están cubiertas con cobijas, latas y cartones.

Tienen 2 baños portátiles, que según cuentan los pobladores son insuficientes para las cerca de 350 personas del lugar. Cada familia se organiza para la preparación de su comida, porque las cocinas son pequeñas y con sus ollas no pueden abastecer la demanda general. Solicitan que una brigada médica vaya al menos 2 veces a la semana y les proporcione medicamentos. Dicen que cuando llueve todo se convierte en lodazal que provoca afecciones en los más pequeños.