Con un petróleo en torno a los 30 dólares el barril, lejos de los más de 100 dólares que contabilizaba a mediados de 2014, el bajón afectó a compañías como ExxonMobil, Total, Chevron, Shell, Statoil y BP.
Con unas pérdidas de 6.482 millones de dólares, BP se anotó el peor resultado en los últimos 20 años y puso fin a los beneficios registrados en 2014.
En ese marco, la compañía anunció ese mismo día la supresión de 3.000 empleos en las áreas de refino y venta, con lo que los despidos previstos desde principios de año ascienden a 11.000.
También la noruega Statoil entró en pérdidas el pasado año, al registrar un resultado negativo de 37.300 millones de coronas (unos 4.365 millones de dólares) perjudicada por el precio del crudo y el deterioro de activos.
Ya en el apartado de beneficios, Royal Dutch Shell ganó 1.939 millones de dólares, un 87 % menos, con una caída de la facturación del 37 %.
Ante esta situación, la compañía emprendió «importantes cambios» para reorganizar su área de exploración y producción para adaptarse al nuevo contexto de precios, que supondrá la reducción de unos 10.000 empleos.
Las ganancias de Chevron se redujeron un 76 %, hasta los 4.587 millones de dólares, impactada, además de por los precios del crudo, por la fortaleza del dólar, que mermó sus resultados en otros países.
La petrolera respondió a este entorno con un fuerte ajuste de los costes y con una apuesta por la división petroquímica.
También ExxonMobil vio mermadas sus cuentas, con un beneficio de 16.150 millones de dólares, un 50 % menos, y un descenso de los ingresos del 35 %.
El vicepresidente de la compañía, Jeff Woodbury, defendió durante la presentación de resultados haber «construido este negocio para asegurarnos de que sea duradero en un entorno que incluye bajos niveles de precios».
La francesa Total fue la única de las grandes petroleras cotizadas que incrementó sus beneficios – en un 20 %, hasta los 5.087 millones de dólares – impulsada por efectos extraordinarios, como las desinversiones llevadas a cabo y su programa de contención de costes.
El consejero delegado de la compañía, Patrick Pouyanné, señaló durante la presentación de las cuentas que confía en que los precios repunten a finales de este año.
La española Repsol, que presentará sus cuentas a finales de mes, avanzó a finales de enero unas pérdidas de 1.200 millones de euros (unos 1.300 millones de dólares), derivadas del efecto contable de provisionar 2.900 millones de euros para ajustar sus resultados a la caída del precio del crudo.
La compañía también anunció una serie de medidas adicionales de ajuste, entre ellas un recorte de inversiones del 20 %, una profundización de las desinversiones o un aumento de las sinergias y eficiencias.