En el caso del joven de 19 años Nikolas Cruz, muchos focos rojos ignorados han dejado a una comunidad afligida y a una nación preguntándose si la masacre del 14 de febrero, en una escuela secundaria de Florida, se podría haber evitado.
Los vecinos tenían preocupaciones sobre Cruz ya cuando este tenía 9 años, cuando se metió en una pelea de piedras con otro chico. Cuando llegó a adolescente, mostró una propensión por la violencia hacia pequeños animales, expresó su entusiasmo sobre pistolas y cuchillos e incluso comenzó a presentarse a sí mismo como “un tirador de la escuela”.
Los agentes de la Oficna del Sheriff del Condado de Broward fueron alertados sobre el comportamiento de Cruz muchas veces a lo largo de los años —han dado a conocer detalles sobre numerosas llamadas a la casa de Cruz— y dos agentes están ahora bajo investigación interna por su proceder en este caso. Incluso el FBI recibió dos alertas sobre Cruz y la potencial amenaza que él representaba para escuelas, pero la agencia nunca prestó suficiente atención a estas señales.
Nikolas Cruz en un tribunal. Crédito: Mike Stocker, South Florida Sun-Sentinel
Cruz se enfrenta a 17 cargos por asesinato premeditado en la masacre y aún debe presentar una declaración de culpabilidad.
Si bien los incidentes individuales pueden no haber prefigurado un tiroteo masivo, su inquietante patrón de comportamiento creció a lo largo de los años, implorando una pregunta: ¿Por qué nadie intervino?
Emma Gonzalez, una de las compañeras de clase de Cruz, en la escuela secundaria Marjoy Stoneman Douglas, dijo en un discurso, la semana pasada, que sus compañeros alertaron de su comportamiento “una y otra vez”.
“Desde que estaba en la secundaria”, dijo, “no sorprendió a nadie conocer que él fue el tirador”.
«Niño demoníaco»
Nikolas fue adoptado a una edad temprana por Roger y Lunda Cruz. Roger murió de un ataque al corazón en 2004 dejando a Lynda encargada de la crianza de Cruz y su hermano menor adoptado como una madre soltera en el condado de Broward, Florida.
Sus vecinos describen a Cruz como un niño problemático cuyos comportamientos oscuros chocaban con la idílica imagen de los suburbios del sur de la Florida, con sus casas ordenadas en hileras y enmarcadas por palmeras.
“Tenía una mirada muy fría”, dijo Rhonda Roxburgh, su vecina. Con los años, se peleó muchas veces con otros niños, y en una ocasión mordió la oreja de un vecino, hiriéndole. Cruz solía llevar una pistola de perdigones por el vecindario, disparando a las ardillas, según contó Roxburgh a CNN.
Brody Speno, que creció a dos casas de Cruz, también dijo que él había dañado a animales pequeños y que “siempre estaba metido en problemas. Como un niño demoníaco”.
Muchos de los primeros encuentros de Cruz con la policía fueron motivados por Lynda, una madre exasperada cuyo hijo adoptivo a menudo era ingobernable, irrespetuoso y, a veces, violento.
“La Policía venía al menos cada dos semanas”, contó Speno.
Los registros de la Oficina el Sheriff muestran que los agentes respondieron a la casa de Cruz en varias ocasiones después de que él se peleara con su madre o su hermano. En un caso de noviembre de 2012, la Policía acudió después de que Cruz, entonces con 14 años, golpeara a su madre con la manguera de plástico de la aspiradora, según los detalles de las llamadas a la residencia de Cruz publicados por la Oficina del Sheriff del Condado de Broward el viernes.
Nikolas Cruz en una foto de familia. Probablemente en 2017
Solo unos meses después, Cruz llamó a Lynda “perra inútil” y le tiró una silla, un plato para perros y un vaso después de que ella se llevara su Xbox. La Policía acudió, pero un consejero de la cercana institución de Salud del Comportamiento Henderson consideró innecesario invocar la Ley Baker, una norma de la Florida que permite a la Policía detener a un enfermo mental.
Otra acusación de abuso de animales llegó en noviembre de 2014, cuando un vecino alertó a la policía de que un chico pelirrojo pareció disparar a gallinas con una pistola de aire comprimido. Los oficiales descubrieron que el sujeto era Cruz, entonces de 16 años, que tenía un rifle de aire. El adolescente admitió haber disparado el arma, pero negó haber disparado contra algún animal.
Lynda le quitó el rifle y el propietario de las gallinas prefirió no presentar cargos.
“Sabía que fue él”
Cruz era tan indisciplinado en casa como en el colegio, acumulando más de dos docenas de infracciones durante 2012, cuando entró en la secundaria, hasta el 19 de enero de 2017, poco antes de salir de Stoneman Douglas, según los documentos disciplinarios de Cruz en el sistema escolar del condado.
Él se enfrentó con frecuencia a acciones disciplinarias por su conducta rebelde, desde blasfemar hasta pelearse con otros estudiantes. Charlas con los padres, castigos y expulsiones ocurrieron con regularidad.
El comportamiento de Cruz hizo que tanto alumnado como profesorado a su alrededor se sintiera incómodo, según Laurel Holland, quien dio clases de Inglés a Cruz en 2016. Era alborotador y rebelde, la maldijo durante un examen en mitad del periodo y fue pillado con un arma de fuego —las autoridades no han aclarado con cuál— en su mochila.
Cuando escuchó sobre el tiroteo en la escuela Stoneman Douglas, Holland “sabía que había sido él”.
“Se escapó por las grietas porque no sabemos qué hacer”, dijo Holland, que ahora está jubilada y vive en Carolina del Norte.
Ya en febrero de 2016, Cruz empezó a amenazar con atacar una escuela. Ese mes la Oficina del Sheriff recibió “información de tercera mano” del hijo de un vecino que afirmó que Cruz había hablado sobre disparar a una escuela en su cuenta de Instagram, donde solía subir imágenes suyas con armas. Tenía 17 años.
Un asistente finalmente determinó que Cruz tenía cuchillos y una pistola de aire comprimido, y reenvió la información al agente de la escuela Stoneman Douglas. Su proceder en el incidente es ahora objeto de una investigación interna en la Oficina del Sheriff.
“Un adulto vulnerable”
Muchas preocupaciones sobre la salud mental de Cruz comenzaron en septiembre de 2016, días después de su 18 cumpleaños. Después de romper con una novia, Cruz subió a Snapchat imágenes suya cortando sus brazos, según un informe del Departamento de Infancia y Familia de la Florida (DCF, por sus siglas en inglés). Él también comenzó a expresar su interés en comprar una pistola.
El informe del Departamento de Infancia y Familia de la Florida decía que su depresión y trastorno por déficit de atención con hiperactividad (ADHD, por sus siglas en inglés) afectó “a su capacidad para hacer frente a las demandas de la vida cotidiana sin el uso de medicamentos”.
Lynda contó a los investigadores de este departamento que su hijo había escrito insultos raciales y dibujado “un símbolo nazi” en su mochila de clase.
Un informe del DCF —que describía a Cruz como “un adulto vulnerable por su enfermedad mental”— concluyó que sus “nivel de riesgo final es bajo” porque vivía con su madre, recibía tratamiento mental y estaba asistiendo a la escuela.
“Un tirador de escuela profesional”
Después de que estuviera involucrado en un asalto, en enero de 2017, Stoneman Douglas solicitó una evaluación de amenazas para determinar si el joven era peligroso pasa sus compañeros. No está claro si la evaluación se realizó alguna vez, pero Cruz pronto se cambió a otra escuela cercana para alumnos con necesidades especiales de aprendizaje.
El pasado septiembre, el FBI recibió una pista de Ben Bennight, un hombre de Mississipi que postea en Youtube videoblogs sobre cómo ser un fiador judicial. Un comentario fue dejado en uno de sus videos, dijo, con el nombre de usuario: ‘nikolas cruz’.
“Seré un tirador de escuela profesional”, decía.
Dos agentes de campo del FBI en Mississipi entrevistaron a Bennight en persona, a la mañana siguiente, pero él les dijo que no sabia nada sobre el comentario o el usuario que lo había dejado.
La información nunca fue compartida con las autoridades locales y no hubo seguimiento. El 14 de febrero, cuando Cruz fue arrestado por el tiroteo, un agente del FBI en la oficina de Miami llamó a Bennight, y los gentes de la oficina de Mississipi le visitaron poco después.
“Cuando el FBI dijo que era el mismo nombre”, contó Bennight a la CNN, “lo primero que vino a mi mente fue, “GUAU, espero que estuvieran vigilando a este niño del que alerté hace meses’”.
El FBI después reveló que cerró el caso porque no podía identificar al individuo detrás del post. El viernes, la Comisión Judicial del Senado fue informada por el FBI y Google, la empresa matriz de Youtube, lo que confirmó que el comentario fue, de hecho, posteado por Nikolas Cruz.
“Creo que voy a matar a personas”
Pero Cruz no sólo hacía comentarios alarmantes en videos de YouTube. Como muchos adolescentes, era un usuario frecuente de Instagram, donde su cuenta estaba llena de imágenes sobre armas. El 6 de enero de 2016, publicó la imagen de un arma corta, buscando consejos en sus seguidores, según la cuenta de Instagram revisada por CNN.
Imagen de la cuenta de Instagram de Nikolas Cruz.
En otras imágenes, Cruz parece sostener cuchillos y lo que parece ser una pistola de aire comprimido delante de su cara, que muchas veces oculta con máscaras y gorros. Él también se hacía selfis en el espejo, pero no eran los típicos: aparece con camuflaje, chalecos antibalas y tácticos.
En una de sus publicaciones mostró una rana destripada y rodeada de sangre. Dijo que la había matado porque alguien había matado a su perro.
La muerte de su madre
El otoño pasado, Lynda contrajo la gripe. Falleció en noviembre después de que se transformara en neumonía.
Su funeral fue pequeño, sólo acudieron Cruz, su hermano, Rocxanne Deschamps —una exvecina que se haría cargo de los chicos— y su novio, Pau Gold, quien describió el funeral a CNN.
“El muchacho estuvo estoico. Ni una lágrima. Ni una emoción”, dijo Gold, recordando el comportamiento de Cruz durante la misa. “Le pregunté si estaba molesto y me dijo: ‘Estoy molesto porque nadie vino, nadie se preocupa por mi madre’”.
Fue un momento clave para Cruz. Sus abogados dicen que la muerte de su madre exacerbó sus problemas con su depresión y su enfermedad mental.
Nikolas Cruz en el funeral de su madre, Lynda, con sus cenizas.
“Estoy lidiando con un montón de cosas en este momento”
El 24 de noviembre, la Oficina del Sheriff de Palm Beach recibió una llamada del hijo de Deschamps, Rock, que decía que Cruz podría haber ocultado un arma en su patio trasero. Las armas no estaban permitidas en casa, dijo.
No está claro si los agentes buscaron en la propiedad, pero los documentos de la Oficina del Sheriff dicen que no encontraron pruebas sobre la acusación de Rock.
Días después, los Deschamp llamaron de nuevo a la Policía. Fue Rocxanne, diciendo que Rock y Cruz se habían peleado. Cruz se fue, diciendo a su familia de acogida que “iba por su pistola y volvería”.
“Él ha puesto el arma en la cabeza de otros en el pasado” y “había comprado toneladas de munición”, le dijo a la Policía.
La afiliada de CNN, WPTV, reportó que Cruz había hecho su propia llamada al 911 esa tarde, pero CNN no ha confirmado que fuera él.
Un agente encontró a Cruz en un parque local. Contó que había perdido una foto de su difunta madre y se enfadó antes de su pelea con Rock. Cuando le llevaron de vuelta a casa de los Deschamps, Cruz y Rock “se abrazaron” y Cruz se disculpó.
Los Deschamps, quienes dijeron que Cruz había estado batallando desde la muerte de su madre, se negaron a presentar cargos.
Después de unas pocas semanas, Cruz dejó la casa de los Deschamps y se mudó con James y Kimberly Snead, que sabían que Cruz tenía depresión tras la muerte de su madre. Ellos también sabían sobre sus armas y le hicieron dejar la pistola en una caja fuerte antes de que se mudara el pasado noviembre.
Aún así, los Snead dijeron que estaban terriblemente asustados.
“Para mí, la depresión se debió más a la pérdida, la pérdida de su madre, no por todas las cosas que dijeron de que lo estaban intimidando, o las cosas que ocurrieron en la escuela, dijo Kimperly Snead. Con la pistola bajo llave, dijo, “todo estaría controlado. Eso realmente no me preocupaba”.
«Un tirador de escuela en ciernes»
Sin embargo, antes de que terminara noviembre, otra llamada alertó sobre Cruz, quien en ese momento estaba acopiando pistolas y cuchillos.
“Preocupado de que se suicidará algún día”, dice el registro policial, contando las preocupaciones de la persona que llamaba “y cree que podría ser un tirador de escuela en ciernes”.
Pero Cruz ya no vivía en Parkland, según la persona que llamó, que era de Massachusetts. En ese momento, él estaba en Lake Worth, por lo que el agente del Condado de Broward remitió a la persona que llamaba a la oficina de Palm Beach, que tenía la jurisdicción.
La respuesta del agente a la llamada también es objeto de una investigación interna. Pero no fue la única vez que alguien avisó a las autoridades sobre Cruz, sus armas y la amenaza que representaba.
«Algo va a pasar»
Una de las llamadas de alarma más preocupantes llegó el 5 de enero, cinco semanas antes de que Cruz abriera fuero en la escuela.
Una mujer de unos 19 años llamó a una línea de información del FBI y pintó la imagen de un joven problemático que ella pensaba que iba a “explotar”.
“Sólo quiero, ya sabes, contarlo, dijo, “en caso de que algo suceda y yo creo que algo va a suceder”.
Cruz tenía un arsenal de pistolas y cuchillos, dijo, y utilizaba esto último para mutilar animales pequeños como ranas y pájaros. Ella contó una ocasión en que un pájaro voló hacia una puerta corredera de cristal, en la casa de Cruz, y cayó al suelo.
“Él metió al pájaro en la casa”, dijo. “Lo tiró sobre la encimara de la cocina de su madre y comenzó a cortarlo”.
“Eso para mí sería una bandera roja”, dijo el informante, según la transcripción de la llamada revisada por CNN.
La pasada semana, el FBI confirmó que falló al actuar tras la pista del 5 de enero. Los protocolos de la oficina no fueron seguidos, dijo, y la información nunca se compartió con la oficina de Miami.
«¿Completamente conscientes de la amenaza?»
Un poco más de un mes después, el día de San Valentín, Cruz caminó hasta el edificio 12 del campus de Stoneman Douglas, pulsó la alarma de incendios y empezó a descargar un torrente de disparos.
Scot Peterson, agente escolar de recursos armados corrió a la entrada oeste del edificio, pero no entró, según el sheriff de Broward, Scott Israel.
Con la cacofonía de disparos y la alarma de incendios sonando, Peterson decidió no ir tras el tirador. “Nunca entró”, dijo Israel. Esa revelación llevó a Peterson a renunciar la semana pasada en medio de las críticas que decían que debía haber hecho más por detener a Cruz.
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Israel ha sido crítico con Peterson, pero contó a CNN, el domingo, que él no podría comentar más ampliamente sobre el hecho de que su oficina no reconoció la amenaza que planteaba Cruz porque su oficina está siendo investigada. “Sólo puedo asumir responsabilidad por lo que sabía”, dijo.
En una carta enviada al gobernador de la Florida, Rick Scott, este sábado, el representante estatal Bill Hager pidió que Israel fuera despedido de su puesto por su “inconmensurable inacción”.
“El sheriff era plenamente consciente de la amenaza que esta persona representaba a su comunidad y optó por ignorarla”; escribió Hager.
“Tristemente, él no fue el único que lo ignoró. El DCF, las escuelas del condado y el FBI tenían todas las piezas para armar este rompecabezas, pero fallaron en la comunicación”.