El paro nacional se desinfló en las calles y cambió de escenario durante este fin de semana. Se fue a la Asamblea Nacional, al debate sobre la destitución del presidente Guillermo Lasso, al cabildeo entre la dirigencia indígena, cuyos desacuerdos llegaron hasta las bases, y a las cuentas de redes sociales de los militantes virtuales más aguerridos.
Si ayer fue un día de sorpresas por la relativa calma en los alrededores de la Casa de la Cultura, hoy fue una válvula de escape para los ciudadanos de a pie que, luego de dos semanas de paralizaciones, pudieron abrir parcialmente sus negocios o, simplemente, caminar por este sector del centro norte de Quito, caracterizado por su actividad comercial y vida universitaria.
Por la mañana, tanqueros del Municipio limpiaron lo que pudieron. De a poco, aparecieron los buses de transporte urbano cruzando la avenida Doce de Octubre, donde 48 horas antes era zona de gases lacrimógenos y barricadas. También aparecieron los vendedores ambulantes y muchos ciclistas.
En el centro histórico, que se había convertido por la emergencia en un búnker de Lasso, se abrieron pasos entre las vallas para que la gente pueda circular por todo el sector de Carondelet. Los lustrabotas de la Plaza Grande volvieron, aunque sin mayores expectativas.
Las trincheras
Todo eso, sin embargo, en medio de las calles sucias, con piedras, y de unos cuantos manifestantes que deambulaban en silencio, cargados los escudos y las banderas, por las avenidas Doce de Octubre y Patria, a la espera de que sus dirigentes se pongan de acuerdo y les den instrucciones.
El Ágora de la Casa de la Cultura Ecuatoriana (CCE), símbolo histórico de los levantamientos de la Conaie, da una idea de la dramática desmovilización. Su capacidad es para 4.250 personas, pero el jueves 23 de junio, cuando fue tomado por los manifestantes, allí había más de 5.000 personas.
Pero ayer y hoy, en recorridos realizados por este Diario, se pudo verificar que no había más de 50 en su interior.
¿Quiénes quedaron en la CCE? Quedaron indígenas y campesinos humildes, con la única esperanza de no permitir que sus reivindicaciones vayan al olvido.
Ayer y hoy fueron días calcados en la Casa de la Cultura: la resistencia al neoliberalismo proclamado por Leonidas Iza, presidente de la Conaie, se convirtió en una triste resistencia al frío, al hambre y al fracaso de una pelea que, luego de dos semanas, no arrojó resultados concretos en la mesa de comedor de estos luchadores anónimos.
La mayoría de los indígenas salió de Quito desde el viernes y regresó a sus comunidades masticando mucha desilusión por el resultado obtenido luego de violentas jornadas de combate con la Policía y de estancia en condiciones extremas.
En el segundo sitio estratégico de la Conaie, la Universidad Central, hubo más actividades. Tampoco estuvieron los miles de días pasados. Allí, este fin de semana se contaron por cientos, con un buen porcentaje de estudiantes universitarios, artistas y activistas, entre quienes se confundían los ponchos rojos de los simpatizantes de Leonidas Iza.
Dos días sin noticias claras de los dirigentes y sin combates con la Policía les obligó a improvisar cánticos, danzas, dinámicas grupales…
Hasta que Leonidas Iza apareció poco antes del mediodía con una aclaración en Facebook.
Las redes sociales
Ante el descontento de los pocos indígenas que se quedaron en Quito, la Conaie y sus militantes activaron sus redes sociales.
Insistieron con fuerza en la idea de que el paro continuaba. Lo mismo hicieron hoy (día 14 de la medida). Compartieron videos de días pasados, donde se ven marchas multitudinarias, cuando en la CCE y la Universidad Central su gente apenas podía mantenerse en pie.
Amplificaron la movilización de unos pocos que se dirigieron a las cercanías de la Asamblea Nacional y que, por las mismas, regresaron por donde llegaron.
Con hashtag #ParenLaMasacre (usado en su perfil de Twitter por el expresidente Rafael Correa), los militantes de la causa de Iza se convirtieron en ecos de resonancia y batalla.
A la par, los lassistas postearon en sus redes las “marchas por la paz” y mensajes cargados de rabia, en los que se pide, paradójicamente, tanto por el respeto a la democracia como el desalojo “de los indios que destruyen la capital”.
Twitter, la red más política de todas, se convirtió en el campo de agresión sin medida ni sentido, de batalla de fanáticos y de información falsa o incompleta que intentó alentar un paro que en las calles ya se había enfriado.
Las aclaraciones de Iza
Leonidas Iza sabía que la gente estaba regresando a las comunidades y que había malestar por la falta de resultados. Pero las disputas con el resto de los dirigentes de la Conaie, las presiones del gobierno de Lasso para que ponga fin a la medida y la divulgación de documentos de su brazo derecho, Apawki Castro, lo mantuvieron ocupado.
Hoy, finalmente, apareció con un mensaje más claro. La Conaie informó que emprendió “un recorrido de información y socialización” por los distintos sitios de concentración en Quito.
En una toma cerrada, en la cuenta de Facebook de la Conaie, se ve a Iza lanzando un discurso, acompañado por dirigentes afines. Al inicio de uno de los videos, mientras prueba el micrófono, se escucha a un grupo que grita ¡Fuera Lasso!.
En esa intervención, el presidente de la Conaie reconoció que buena parte de las bases abandonaron Quito, pero solamente con fines de reorganización.
“Seguramente, algunos… están ya preocupados, algunas compañeras y compañeros de base ya se han ido, pero han ido a regresar. Simplemente (se fueron) a hacer relevo; así que en la mañana he pasado visitando provincia por provincia. Todas las provincias no están con menos de 3.000 personas”, dijo, con megáfono en mano.
Insistió en que “mientras no tengamos los resultados, nadie tiene derecho a estar cansado” y les pidió a los indígenas que siguen en Quito que acumulen “fuercitas”.
Dijo que hay autoridades que “lo que quieren es que acabe el paro”, por lo que llamó a seguir la información en las redes de la Conaie.
Aunque la protesta inició el 13 de junio con diez demandas sociales y económicas(reducción de los combustibles, control de precios, moratoria de deudas, etc.), la semana pasada tomó fuerza en la movilización el grito de destitución del presidente Guillermo Lasso, asunto que ahora se trata en la Asamblea Nacional (a pedido del correísmo).
Leonidas Iza intentó tomar distancia de aquello. La mayoría, señaló, ha dicho “que, en vista de que no ha habido respuesta, mejor que se vaya el gobierno, pero nosotros no hemos venido con ese objetivo; nosotros hemos venido por los diez puntos. Y si eso pasa (la destitución de Lasso) a otro escenario, es respuesta que tiene que dar la Asamblea Nacional”.
El dirigente pidió a los asambleístas “que sean coherentes y voten con el pueblo”.
En su arenga, destacó las respuestas del gobierno “a algunos puntos (de la agenda de la Conaie)”, aunque “en los temas centrales no se ha ganado todavía”.
Pidió mejores condiciones para la adquisición de insumos agrícolas (no solo de la urea, propuesto por el gobierno) y que se extienda la exoneración de créditos de $ 3 mil a $ 10 mil en la banca pública.
“Eso está gracias a esta lucha”, afirmó. Dejó abierta la protesta para exigir la rebaja en los combustibles y la discusión del tema minero y petrolero. Ratificó el paro.
Durante la tarde, el video con sus aclaraciones se multiplicó a través de las redes sociales, mientras en las calles el domingo se va extinguiendo sin certezas de lo que ocurra mañana. Quito sabe que el paro, desinflado por ahora en las calles, es impredecible. (I)
NOTA ORIGINAL: El Universo – LINK