El allanamiento de los efectivos del Servicio Bolivariano de Inteligencia (Sebin) se ha concretado, de acuerdo con lo que le han dicho los efectivos a la propia Tintori, porque son «nuevas órdenes que vienen de arriba».
Horas antes del incidente, López había sostenido una extensa conversación con el rotativo estadounidense The New York Times, en la cual expuso su punto de vista sobre el futuro de la crisis venezolana y donde había llegado a afirmar «si me censuro, la dictadura me derrota». Como ya ha sucedido en otras ocasiones, la medida contra López pretende castigarlo por transgredir los límites que le han colocado las autoridades, uno de los cuales consiste en no emitir declaraciones públicas.
Cinco periodistas que se presentaron a la residencia de López para dar cobertura a la noticia fueron también detenidos por el Sebin. Ellos son: la reportera del portal La Caraota Digital, Vanessa Rivas, y el conductor del vehículo que la transportaba, Johnattan Guaricuco; María Carolina González y Alejando Molina de la cadena estadounidense en habla hispana Univisión; Rafael Hernández, del canal colombiano NTN24; y Luis González Pérez, de Venemundo.
En prisión desde febrero de 2014, López, fundador del partido Voluntad Popular, había pasado poco más de dos años en el internado militar de Ramo Verde, ubicado en la zona montañosa de El Junquito, al oeste de Caracas, y había sido sometido a duras penas de castigo, que incluyeron prolongados aislamientos, entradas abruptas de su celda en las madrugadas y maltrato a sus familiares en las horas de visita, por burlar varias veces a sus carceleros y ofrecerle declaraciones a la prensa internacional.
Desde agosto del año pasado, a López le fue concedido el beneficio de arresto domiciliario en lugar de la cárcel. Una vez que Antonio Ledezma, alcalde metropolitano de Caracas y dirigente opositor, escapara de la prisión y huyera al exilio, a López, y a otros adversarios del Gobierno de Maduro que cumplen penas judiciales, como el comisario Ivan Simonovis, le fueron colocados unos grilletes electrónicos en los tobillos que controlan todos sus movimientos. Una comisión policial apostada en la puerta vigila en todo momento quién entra y quién sale de su residencia.
López y Tintori son padres de tres hijos, el último de ellos con un mes de nacido. Tintori no oculta su mortificación ante la eventualidad de que los efectivos policiales decidan pernoctar o instalarse en la casa de ambos o decidan, en última instancia, volver a meter al opositor en una prisión de máxima seguridad.
Efectivos de la policía política del chavismo también merodean las cercanías de la sede nacional del partido de López, Voluntad Popular. Además de López, parte importante de los dirigentes nacionales más conocidos de esta organización, como Carlos Vecchio, Freddy Guevara y David Smolansky, están asilados en Embajadas en Caracas o ya en el exilio.
Fuente: El País