“Ha llegado el momento de que el Estado ruso dé un paso adelante y explique exactamente qué pasó”, dijo el ministro de Interior británico, Savid Javid, tras una reunión de emergencia del gobierno sobre este nuevo caso.
“Es totalmente inaceptable que nuestros ciudadanos sean blancos deliberados o accidentales o que se vierta veneno en nuestras calles, nuestros parques y nuestras ciudades”, añadió.
Reino Unido alertó a la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas (OPAQ), según un portavoz de Downing Street.
Los dos británicos, un hombre de 45 años y una mujer de 44, ingresaron el sábado en estado crítico en un hospital de Amesbury, una pequeña localidad del sureste de Inglaterra situada a una docena de kilómetros de Salisbury, donde el exagente ruso Serguéi Skripal y su hija Yulia fueron envenenados en marzo con Novichok, un agente neurotóxico de concepción soviética.
En aquella ocasión, Londres señaló directamente a Rusia, que negó cualquier tipo de implicación, lo que generó una grave crisis diplomática entre Moscú y Occidente. Los Skripal fueron dados de alta tras varias semanas de intenso tratamiento médico.
Moscú se defendió este jueves asegurando no tener “informaciones sobre la sustancia utilizada”. El Kremlin dijo estar “muy preocupado” por “el uso repetido de tales sustancias en Europa”.