Según Granizo, la sentencia a los 20 tripulantes chinos por los delitos de tenencia y transporte de especies protegidas; y por el ingreso no autorizado a la reserva marina de Galápagos, incluyó una compensación cercana a los USD 6 millones. El dinero por la venta del barco podría sumarse a esos recursos.
El ministro indicó que dentro de la embarcación se encontraron 6 623 ejemplares de tiburones martillo (en peligro de extinción), sedoso, zorro ojón, zorro pelágico y maiko, sumando cerca de 300 toneladas de carga. «El daño ambiental es irreparable.
Perder más de 6 000 tiburones afectará la cadena alimenticia», dijo. Ahora, según Granizo, la entidad deberá afrontar el reto de deshacerse de esa carga. Por ello, el MAE anunció que los ejemplares serán arrojados paulatinamente en alta mar, durante la ruta que deberá cumplir el barco Fu Yuan Yu Leng 999 hasta Manta.
El funcionario aclaró que no se puede dar otro uso a la carne de los ejemplares. «No sabemos la condición sanitaria de esa carne y los protocolos internacionales recomiendan destruir la carga», insistió.
Granizo dijo que mantuvo reuniones con su homólogo de Costa Rica, para plantear la delimitación de un corredor marítimo de seguridad que garantice la migración de la especies, desde Galápagos hasta Centroamérica. La propuesta sostenible, denominada Semar, involucraría a las zonas marítimas de Costa Rica, Colombia, Panamá y Ecuador.
Fuente: El Comercio