Los últimos cinco albergues que funcionaban en Manabí y en Esmeraldas para los damnificados del terremoto del 16 de abril del año pasado fueron cerrados esta semana.
Las 1 247 personas (326 familias) que vivían en esos centros, estructurados por carpas azules y cerramientos con todas las seguridades y atenciones, fueron trasladadas a los conjuntos habitacionales urbanizados por el Estado, entre el lunes y martes último (22 y 23 de mayo del 2017).
De esta manera, el Estado declaró el cierre oficial de los albergues, que se formalizó ayer con el anuncio que hiciera el expresidente Rafael Correa en su cuenta de Twitter.
Los primeros 24 albergues en esas dos provincias se montaron en junio del 2016 para 66 655 personas que perdieron sus casas en el sismo. Al cumplirse un año del terremoto, el número de albergados se redujo a 23 424 personas, lo que significó una reducción del 35,14%, según el Ministerio Coordinador de Seguridad.