Aunque hasta el momento no han registrado pérdidas económicas a causa de los trabajos, estiman que aquello podría ocurrir. El temor nace del hecho de que a fines de julio de cada año, en la zona donde se está edificando la parada, se instala el complejo de juegos mecánicos Play Land Park, cuyo atractivo les suele generar ingresos extra durante el período de vacaciones. “No vamos a ganar nada en esta temporada porque el Play Land Park tendrá que irse a otro lugar. En esta época de crisis nos ayudaría mucho un dinerito adicional”, afirma Teresa Espinosa, dueña de un bazar- librería. No obstante, hay quienes dicen que ya existen afectaciones. Vicente Soto, dirigente del barrio Promoción Familiar y dueño de una tienda, señaló que sus ganancias diarias han disminuido porque “una parte del Parque Lineal está cerrado y las consecuencias son notorias”.
En términos generales, los comerciantes temen que se repita la situación que se vive en el norte capitalino, en donde la construcción de la estación Jipijapa ha generado reducción de ventas e incluso cierre de negocios. En ese punto de la urbe, 9 de los 21 locales que existían hasta mayo han dejado de operar. En tanto que en los negocios que se mantienen, los ingresos se han reducido -según sus dueños y administradores- hasta en el 80%. Por otro lado, los trabajos en el sector sur capitalino aún no afectan de manera decisiva a la movilidad. Esto debido a que en ninguna vía principal se ha restringido la circulación. En El Calzado, por ejemplo, por ahora solo se ha cerrado un pasaje que conecta a los barrios Promoción Familiar y Quito Sur. Sin embargo, los moradores del sector reclaman la falta de agentes de tránsito, especialmente en las horas pico, cuando al igual que ocurre en muchos puntos de Quito, el tráfico se vuelve denso. Además, piden un semáforo en la intersección de la av. Cardenal de la Torre y Vicente Reyes, única bifurcación cerrada. Andrea González, del Metro de Quito, afirmó que de manera paulatina se generarán cierres vehiculares en ciertos puntos.