Los propietarios de los inmuebles caídos por el terremoto del pasado 16 de abril retiran sus pertenencias en horarios especiales y con resguardo policial. La fuerza pública también les ayuda con transporte de los artículos. Luego del sismo, que prácticamente destruyó Pedernales, Pablo Andrade se dedicó a sacar los objetos de valor de entre los escombros de lo que fue su hotel.
La estructura estaba ubicada a pocos metros de la playa. A la mañana siguiente de aquel fatídico sábado, con ayuda de empleados y amigos cercanos, empezaron a retirar las cosas de valor como televisores, muebles, neveras. “Lo principal era recuperar los documentos del hotel que por fortuna los hallé en la caja fuerte donde los dejé, pero sí me robaron especialmente pantallas planas”, comentó este sobreviviente. Luego recibió ayuda para transportar sus cosas.
“Logré recuperar un 40% de lo que tenía; la Agencia Nacional de Tránsito (ANT) me colaboró con un camión y así pude llevar las cosas al terreno de un amigo”, narra el ciudadano. Pablo seguirá pendiente de su propiedad ya que hay partes donde no puede ingresar debido al peligro de derrumbe. A pesar de que el edificio era de 3 pisos no se cayó por completo, sin embargo tendrá que ser demolido.
La Policía Nacional colocó vallas en todas las zonas destruidas de Pedernales por seguridad, para garantizar el rescate y evitar accidentes y saqueos. Además los agentes diseñaron un protocolo de ingreso de propietarios para que recojan de entre los escombros sus pertenencias. El coronel Patricio Carrillo indicó que en Pedernales están asignados 1.500 policías para vigilar el orden en la ciudad. Entre sus tareas está el resguardo de los inmuebles caídos para prevenir robos y permitir a los dueños que recuperen sus pertenencias. En la remoción de escombros que hacen las maquinarias se encuentran objetos de valor como joyas, dinero, cajas fuertes. Esos artículos son verificados por la Fiscalía, previo a la devolución a sus dueños.
En otro punto de la provincia, el jefe del distrito Manta, coronel Mauro Vargas, informó que alrededor de 600 elementos de la Policía fueron desplazados en el territorio para precautelar la seguridad de los ciudadanos y sus enseres. Desde ayer se autorizó el ingreso controlado de los dueños de locales comerciales y viviendas. “El responsable del inmueble debe tener un salvoconducto y entrar con un policía y un bombero, quienes verificarán que todo esté en orden”. En Manta se ha cercado el barrio de Tarqui, considerado la zona cero en este cantón. Nadie puede ingresar debido al peligro de derrumbes de los edificios vencidos.
Los inmuebles y centros comerciales se diferencian por colores. Por ejemplo, en los que están marcados con color rojo nadie entra ya que la edificación está en riesgo. En los marcados con verde y amarillo se puede entrar tomando las precauciones del caso. El horario de ingreso para las tareas de evacuación es desde las 07:00 hasta las 16:30. En ese lapso podrán ingresar vehículos y hasta las 18:00 podrán salir con su mercadería. “A partir de esa hora se prohíbe la circulación vehicular y peatonal”, confirmó el oficial. El fiscal de Santo Domingo de los Tsáchilas, Jorge Montero, estuvo desplazado en la zona de Pedernales. El funcionario indicó que en el caso de recuperación de objetos de valor la Policía redacta un acta y guarda los bienes. Montero contó que los gendarmes hallaron un cajero automático entre los escombros, el cual fue entregado a un representante de la entidad financiera.
“Estaba destruido así que no se verificó si estaba con dinero”, relató. Así mismo, una caja fuerte que encontraron entre las ruinas de una casa, la cual contenía mil dólares, “se devolvió a la propietaria de la vivienda que firmó el acta de recepción”. Una situación similar se vive en Portoviejo. En la capital provincial el casco comercial fue declarado como zona cero. Por eso el procedimiento es el mismo: el lugar está cercado y solo se puede ingresar con el salvoconducto. Hay edificios en pie, por lo que los propietarios desean entrar para retirar las pertenencias. Esa labor empezó desde el miércoles pasado y se extendió el día de ayer.
En la mañana se formó una columna de vehículos listos para entrar a este sector. El alcalde de la ciudad, Agustín Casanova, quiere reactivar el comercio de la ciudad cuanto antes. Por eso ordenó que los vendedores informales trabajen en zonas aledañas al centro, sin importar el urbanismo. De hecho ya se están acondicionando las cuadras cercanas para este efecto. Portoviejo tendrá actividad este fin de semana. El sábado será el enlace ciudadano allí y al día siguiente habrá un acto por el Día del Trabajo.