El 4 de agosto pasado, en Caracas, las cancilleres de Venezuela, Delcy Rodríguez, y de Colombia, María Ángela Holguín, evaluaron las condiciones para la reapertura de la frontera común de 2.219 kilómetros. Los pasos limítrofes fueron cerrados gradualmente por decisión de Venezuela desde el 19 de agosto de 2015, tras un ataque de supuestos paramilitares colombianos contra una patrulla militar venezolana. “Vamos a hacer una apertura paulatina de la frontera. Los presidentes tomarán la decisión una vez que se reúnan”, afirmó entonces Holguín.
En la reunión de cancilleres, en la que también participó Maduro, se resolvió la creación de una cédula de identidad especial para los residentes de la frontera, así como un aumento de los controles de seguridad, en el marco de la lucha conjunta contra el contrabando de gasolina, el narcotráfico y el crimen organizado.
Junto al refuerzo de la seguridad y a la cédula fronteriza, se ha planteado la creación de una cesta básica para el intercambio de alimentos y materias primas. Pese al cierre de la frontera, tras una autorización temporal de Caracas, unos 150.000 venezolanos cruzaron a Colombia en julio en tres oportunidades para comprar productos básicos y medicamentos que no consiguen en su país.