Bastaron dos semanas de la nueva Administración en la Casa Blanca para que la política comercial de Estados Unidos afronte su giro más radical de los últimos 70 años y, con ello, amenace con provocar el mayor cambio en las reglas de juego global desde la II Guerra Mundial. El “América primero” impulsado por el presidente Donald Trump da al traste con el sistema comercial multilateral y aboca a negociaciones basadas en la fuerza, el poder y el tamaño.

CNN

El Fondo Monetario Internacional (FMI), en las previsiones mundiales publicadas a inicios de enero, considera que la economía mundial ha comenzado un periodo de mayor crecimiento, que viene acompañado, sin embargo, de una mayor incertidumbre política, no sólo propiciada por la nueva administración de Donald Trump, sino también por otros factores, como el Brexit.

Para el FMI, en ambos casos existe el peligro de fomentar la toma de «medidas proteccionistas» que, en lo que se refiere al divorcio entre Reino Unido y la Unión Europea, supondrá «una interrupción de las actividades comerciales» y un «freno del flujo laboral a la economía inglesa» mientras que, para el nuevo gobierno americano, puede implicar la imposición de tarifas a los productos procedentes de China, México y otros países.

«Una guerra comercial tendría resultados destructivos» avisó el economista jefe del FMI, Maurice Obstfeld durante su comparecencia ante la prensa.

Asimismo, esta entidad detalla que los sucesos políticos recientes ponen de relieve la erosión del consenso en torno a los beneficios de la integración económica transfronteriza. «La posibilidad de que los desequilibrios mundiales se ahonden y de que se combinen con fuertes movimientos del tipo de cambio —que podrían ser causados por giros radicales de las políticas— podría intensificar más las presiones proteccionistas», afirma el FMI.

Obstfeld, durante la presentación del informe del FMI, evitó mencionar la posibilidad de que se desaten guerras por motivos comerciales, aunque como eufemismo advirtió del peligro que traen las «medidas proteccionistas y respuestas de represalia».

Donald Trump, flamante mandatario norteamericano, reiteró sus ideas en su primer discurso como presidente de que los pilares de su plan económico son mayor proteccionismo, controles sobre el intercambio comercial, inversión en infraestructura y un impulso a la producción de bienes dentro de los Estados Unidos.

«De hoy en adelante va a ser Estados Unidos en primer lugar», vociferó Trump, minutos después de su asunción. «Estados Unidos comenzará a ganar de nuevo, como nunca antes. Vamos a recuperar nuestros empleos, nuestras fronteras y nuestros sueños. Devolveremos los dueños a esta maravillosa nación», añadió el republicano.

En su primer día como presidente, Trump volvió a mostrarse crítico con la internacionalización de las empresas estadounidenses y la instalación de plantas fuera del país. «Las fábricas se fueron de nuestras tierras sin pensar en los empleados estadounidenses. La riqueza de la clase media le fue quitada y distribuida por todo el mundo», insistió el empresario.

Este anuncio tuvo una respuesta inmediata del presidente de China, Xi Jinping, quien defendió con vigor la globalización e integración comercial mundial, y advirtió al presidente Trump, que puede desatarse una guerra comercial por su política proteccionista de la que nadie saldría ganando.

Xi reiteró, sin mencionar al presidente electo de Estados Unidos, que “hay que decirle no al proteccionismo”, al que Trump se ha mostrado favorable para proteger empleos y añadió, sin mencionar a ninguna nación en concreto, que China mantendrá sus puertas abiertas y espera que otros países mantengan abiertas las suyas también.

Asimismo, el presidente dominicano, Danilo Medina, alertó durante la Cumbre de la CELAC, de que el mundo saldría perjudicado si Estados Unidos, Europa y China adoptaran represalias arancelarias y que esta postura de corte económico se extienda hasta el cierre de fronteras y sus «graves consecuencias» contra la inmigración.

Medina dijo que no parece «razonable» que Estados Unidos, tras años de impulso a la globalización y la apertura, abandone esas políticas que, a su juicio, han contribuido a acrecentar las esperanzas de «nuestros pueblos».

Finalmente, el director general de la Organización Mundial del Comercio, Roberto Azevedo, indicó que el mundo debe tener cuidado de tropezar con guerras comerciales que destruirán empleos. He oído hablar mucho de guerras comerciales. Eso destruiría empleos y no crearía empleos», dijo el funcionario, quien acotó que está instando a todos a mostrar cautela, y a mostrar liderazgo frente al tema.