El Gobierno ecuatoriano y la empresa canadiense Lundin Gold completaron la negociación de los términos definitivos del contrato de explotación minera del proyecto Fruta del Norte en la provincia Zamora Chinchipe.

“El arreglo asegura que el país se beneficiará de la operación de la mina, pero también hará del Ecuador una nación más competitiva con respecto a otras que tienen una industria minera establecida”, dijo Ron Hochstein, Presidente Ejecutivo de Lundon Gold.

Entre los principales términos del arreglo, la empresa canadiense se comprometió a pagar al Estado ecuatoriano regalías equivalentes al 5 % de las ganancias netas, y hará un pago de 65 millones de dólares americanos por concepto de regalías anticipadas de dos años a partir de la firma del contrato. El pago beneficiará directamente a la provincia donde se localiza la mina.

El acuerdo también establece la participación del Estado ecuatoriano en los beneficios acumulados derivados de la explotación de la mina la cual, “bajo ninguna circunstancia será inferior al 50% durante los 25 años renovables del contrato”, aseguró en un comunicado la Agencia de Regulación y Control Minero (Arcom).

El proyecto Fruta del Norte es el primer megaproyecto minero que se ejecuta en Ecuador y uno de los más grandes del mundo, y cuenta con estimaciones de más de 7,26 millones de onzas de oro en recursos minerales indicados y 2,55 millones de onzas de recursos minerales inferidos.

Manejo ambiental del proyecto Fruta del Norte

El proyecto tendrá dos fases de exploración. La Exploración Inicial se compone de tres momentos: trabajos de geofísica y geoquímica, recolección de muestras de toca, suelo y sedimentos; y análisis y evaluación de zonas de interés. Desde esta fase se invirtieron aproximadamente 300 millones de dólares en diferentes rubros.

La segunda fase llamada Exploración Avanzada tiene cinco etapas: instalación de equipos de perforación, perforación de pozos en plataformas de nueve metros por nueve metros, obtención de muestras de roca conocidas como ‘testigos’, análisis físico – químico, y estudios geotérmicos, hidrogeológicos y metalúrgicos.

Durante esta segunda fase se desarrollan actividades de mitigación de impacto ambiental. Antes de comenzar la fase se llevan a cabo eventos de rescate y conservación de especies nativas de plantas de la zona, reubicación de especies de animales y monitoreo.

Una vez que la fase haya comenzado se realizan monitoreos arqueológicos, bióticos y sistemas de gestión de agua, coordinados con permiso y vigilancia de la Secretaría Nacional del Agua (Senagua).

Después de la fase de exploración avanzada se espera ejecutar una rehabilitación del área intervenida.