«Estamos desmantelando el golpe de Estado terrorista», exclamó el mandatario desde la avenida Bolívar, en Caracas, donde llegó la marcha en defensa de la soberanía e independencia como conmemoración del 19 de Abril, fecha que recuerda la gesta libertaria de la nación.
El presidente venezolano señaló al dirigente opositor Julio Borges de generar violencia en las calles bajo la excusa de entregar una carta en la sede del Poder Ciudadano. «Si ellos quisieran entregar una carta no necesitarían convocar actos violentos ni atacar a la policía».
Informó que las autoridades han capturado a más de 30 encapuchados y al jefe de una banda de choque, llamado «Jefferson», quien tenía armas y explosivos. El objetivo de los detenidos eran crear violencia en la marcha opositora de este miércoles.
Además, el diputado opositor Richard Blanco fue señalado como jefe y financista de los actos terroristas. «Es el guion para lavarse la cara, para engañar a sus seguidores», manifestó Maduro.
El mandatario aseguró que el Plan Zamora, en su fase verde y activado desde este martes, ha sido exitoso en su objetivo de derrotar el proceso golpista y defender la soberanía del país. Maduro aseguró que espera ir a elecciones pronto y «tener una victoria electoral pronta y total».
Los opositores convocaron manifestaciones en todas las ciudades de Venezuela, y en la capital establecieron unos 20 puntos de concentración para luego confluir en el centro histórico de Caracas. Pero en esa zona, bastión de los chavistas, miles de los seguidores del presidente Maduro, vestidos de rojo, se manifestaron, igual que en el oeste de la ciudad.
Un joven de 17 años murió en el hospital adonde fue llevado de emergencia tras ser alcanzado por los disparos de hombres en moto que atacaron, también con bombas lacrimógenas, una concentración opositora en San Bernardino, noroeste de Caracas.
Con el fallecimiento del adolescente suman 6 los muertos en tres semanas de protestas con las que la oposición exige elecciones generales para sacar del poder a Maduro.
El gobierno acusa a la oposición de «terrorismo» y ésta a las fuerzas de seguridad de represión y tortura.