Unos 30.000 refugiados y migrantes están atrapados en estos momentos en Grecia a la espera de poder continuar su ruta hacia el norte de Europa, mientras que la frontera con Macedonia está herméticamente cerrada tras los incidentes registrados este lunes.
Según indicó a Efe la portavoz de la Agencia de la ONU para los Refugiados (ANUR) Keti Kejayoglu, en el campamento fronterizo de Idomeni se agolpan unas 8.000 personas, a las que se suman otras 3.000 en dos centros improvisados en las cercanías.
Tras los enfrentamientos registrados ayer cuando la policía macedonia repelió con gases lacrimógenos a varios centenares de refugiados que se lanzaron contra la valla exigiendo la apertura de fronteras, la situación es hoy de relativa calma.
Las autoridades del país vecino mantienen cerrado el paso fronterizo e inmovilizado el tráfico ferroviario, por temor a que la apertura de la verja a los trenes pueda provocar una nueva embestida.
Según señalaron los medios locales presentes en la frontera, la avalancha de ayer se produjo tras correr el rumor de que la frontera había abierto.
Del lado griego esperan cuatro trenes y del macedonio otros seis en espera de que la frontera reabra en algún momento.
En Atenas, los cuatro centros de acogida que se han habilitado entretanto están repletos como también el puerto del Pireo, donde esta mañana había unas 3.400 personas, a las que se sumará previsiblemente otro millar a lo largo del día, pues se espera la llegada de un nuevo transbordador desde las islas.
Kejayoglu señaló que las organizaciones de ayuda apenas dan abasto para hacer frente a esta nueva escalada de la crisis de refugiados y añadió que uno de los problemas más acuciantes en el Pireo es que no hay suficientes alimentos para satisfacer las necesidades.
En las islas del Egeo la situación está bajo control, con unas 6.000 personas ya registradas o en espera de hacerlo en las próximas horas, según indicó a Efe un portavoz del Ministerio de Migración.
El Gobierno ha apelado a todas las autoridades municipales a habilitar centros de acogida provisionales para hacer frente a esta situación de emergencia, que en las próximas semanas previsiblemente se agravará.
El ministro de Migración, Yannis Muzalas, calcula que en las próximas semanas el número de migrantes y refugiados puede alcanzar los 70.000.