Según los registros que lleva este organismo, los llegados hasta ahora son 1.000.573 personas, de los que un 49 por ciento son sirios y un 21 por ciento afganos.
De los llegados a lo largo de este año, 25 por ciento fueron niños, 17 por ciento mujeres y 58 por ciento hombres.
La semana pasada, el ACNUR y la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) habían informado que las llegadas ya habían superado el millón, pero se contaba a unas 34.000 personas que habían entrado a Europa por rutas terrestres.
El 84 por ciento de quienes lograron completar la travesía por el Mediterráneo provienen de los diez países del mundo que más refugiados producen, casi siempre por razones vinculadas a conflictos armados o a la represión.
Las rutas tomadas por los refugiados e inmigrantes cambiaron radicalmente a lo largo de este año, haciendo que Grecia reemplazara a Italia como la principal puerta de entrada.
Ello debido al flujo de sirios que optó por buscar protección en Europa y que en su mayoría ya eran refugiados en alguno de los países vecinos de Siria, que sufre una guerra civil desde 2011.
Así, los refugiados que cruzaron de Turquía hacia alguna de las islas de Grecia totalizaron 844.176, mientras que los que llegaron del norte de África a las costas de Italia fueron 152.700, según las cifra proporcionadas por ACNUR.
El aumento de llegadas empezó a dispararse en abril y alcanzó su nivel máximo en octubre, para disminuir relativamente en noviembre y diciembre, aunque las llegadas siguen siendo muy numerosas si se consideran las condiciones adversas del Mediterráneo debido al invierno.
En esas travesías se han registrado 3.735 muertes, según el organismo de Naciones Unidas.