En un comunicado, MSF recordó que en el último mes desplazó a Ecuador cuatro equipos de respuesta a las provincias costeras de Manabí y Esmeraldas, las más golpeadas por el sismo y en las que brindó apoyo en salud mental, reparto de raciones alimentarias, medicina, refugio y capacitación.
El terremoto causó la muerte de 663 personas, 9 aún están desaparecidas, más de 28.000 ubicadas en albergues temporales y los daños materiales son multimillonarios, según unos últimos informes oficiales.
Durante su acción humanitaria en Ecuador, MSF también ofreció capacitación a agentes sanitarios, psicólogos, profesores, trabajadores sociales y líderes comunitarios.
En Jama, una de las poblaciones más afectadas, la organización internacional apoyó con «paquetes de refugio e higiene» para unas 500 familias, que incluían tiendas de campaña, colchones, mosquiteras, mantas y artículos de cocina, entre otros.
«El día del terremoto mi casa desapareció por completo, no quedó nada, tuvimos que salir junto con mi hija y mis nietos a buscar un refugio donde quedarnos», relató Analcibar Ceballos, de 50 años de edad y uno de los damnificados de Jama.
«Ahora, al contar con una tienda propia, podemos tener un poco más de privacidad y estamos a cubierto del sol y de la lluvia», añadió Ceballos en declaraciones reproducidas por MSF.